TEMA 6. LA CIUDAD INDUSTRIAL Y LAS PRIMERAS RESPUESTAS ANTE LA CIUDAD CAPITALISTA

La I Revolución Industrial conllevó una revolución urbana paralela, en el que el paisaje urbano de muchas ciudades europeas se transformó por completo. En ese tema, analizaremos las consecuencias que tuvo en las ciudades occidentales y los problemas que generó el crecimiento exponencial de las áreas urbanas. También, estudiaremos las primeras soluciones que se aportaron desde el urbanismo utópico para atajar los problemas generados por la nueva organización de la sociedad capitalista industrial. La mayor parte de estas propuestas fueron irrealizables y no tuvieron una plasmación práctica en las ciudades europeas de finales del siglo XVIII y principios del XIX.

6.3 Las colonias obreras

Con el desarrollo del ferrocarril, la industria pudo elegir su ubicación. En ese momento, las ciudades ya se encontraban bastante colmatadas. Por ese motivo, con frecuencia se buscaron emplazamientos fuera de la ciudad. A menudo, próximos a los yacimientos de carbón o a cursos de agua navegables. Con la extensión de la red ferroviaria, en los lugares que dispusieran de estación de tren. Muchas veces, la existencia de una estación marcaba el posterior desarrollo industrial y urbano de la zona. Esto a veces originó a que nuevas áreas industriales surgiesen de la nada y con frecuencia esos mismos empresarios promocionaban vivienda para sus obreros. En ocasiones, estos empresarios, bien por motivaciones filantrópicas bien buscando mejorar las condiciones de vida de sus trabajadores para obtener un mayor rendimiento de los mismos, promovían áreas residenciales. Estas nuevas zonas residenciales destinadas a los obreros contaban con relativamente altos estándares de calidad, especialmente si comparamos con los existentes en los slums de la época.

La mayoría de estas iniciativas surgen como experimentos aislados. Recibieron el nombre de suburbios o colonias ajardinados, ya que en el diseño introducían una amplia superficie destinada a jardines y zonas libres. En cierto modo, los empresarios buscaban promover una mayor implicación y compromiso de los trabajadores con la empresa. Las diversas iniciativas promovidas por empresarios, buscaban localizar las viviendas de los obreros próximas a la fábrica. A estos nuevos núcleos se les dotaba de unos equipamientos colectivos como colegios, mercados o iglesias para mejorar sus condiciones de vida. Se ubicaban fuera de las ciudades con la intención de conseguir una mayor proximidad y contacto con la naturaleza, pero también abaratar los precios del suelo.

Serían iniciativas que, aunque recojan algunos de los fundamentos del Utopismo Reformista, no ansiaban una transformación social. Simplemente querían mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Huían de las altas densidades que se ofrecían en los barrios obreros de las ciudades y promovían baja densidad de viviendas con una tipología edificatoria que,  predominantemente era la vivienda unifamiliar con jardín. Encontramos diferentes ejemplos tanto en Europa como en América siempre auspiciadas por capital privado: Saltaire en Inglaterra, construida en 1852 por Titus Salt, Margareten-Höhe, fundada en 1865 en Essen por la familia Krupp en sus factorías de acero, Pullman City en los Estados Unidos, cerca de Chicago, fundada en 1880 por George Pullman, etc.

 

Fuente: British Libray, Dominio Público, https://www.bl.uk/collection-items/illustration-of-saltaire-a-model-village-founded-for-textile-workers-near-bradford#

Fuente: Alex Liivet (CC BY 2.0), https://www.flickr.com/photos/23108377@N07/30026174475/

Como hemos comentado, estas empresas no pretendían un cambio social ni se ubicaban dentro de las corrientes de pensamiento comunista ni socialista, sino que con frecuencia buscaban solo beneficios económicos al trasladar las fábricas fuera de la ciudad. Ello les permitía acceder a suelos más baratos y, además, solían obtener beneficio también de los alquileres que pagaban los trabajadores por las viviendas. Además, así conseguían un control más estricto de los empleados lo que favorecía una menor conflictividad social.

Comentaremos algunos ejemplos. En Alemania, encontramos Margarethen-Höhe, ubicado en las afueras de la ciudad industrial de Essen y fundada por la familia Krupp. Promovieron programas sociales para sus empleados: capacitación laboral, seguros, viviendas baratas, hospitales, parques, escuelas. Implantaron un seguro de accidentes que en caso de defunción del trabajador amparaba a su viuda y huérfanos.

Fuente: Wiki05, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Essen-Margarethenh%C3%B6he_Luft.JPG

Saltaire representa otro ejemplo de desarrollo de asentamientos modelo para obreros que pretendió dar solución a los problemas de la ciudad industrial. Saltaire fue un ambicioso proyecto de mayores dimensiones que lo pudo ser New Lanark, lo que proporcionó un ejemplo más completo de integración entre el lugar de trabajo, las viviendas y los equipamientos colectivos. Saltaire representó un gran avance en cuanto a la planificación urbana. Se ubicó intencionadamente en un área rural, próxima a la ciudad de Bradford, pero suficientemente separada de ella. Podemos hablar en este caso del primer ejemplo de dispersión urbana planificada como modo de solucionar el problema de la congestión urbana.

Pullman-City se fundó en 1881 por George Pullman a modo de experimento social para dar residencia a los 6.000 empleados de su fábrica de vagones de ferrocarril, la Pullman Palace Car Company. Fue una ciudad planificada, situada al sur de Chicago, donde se introdujo la vertiente artística con el cuidadoso diseño de fuentes y jardines. Se incorporaron diversos equipamientos: iglesia, biblioteca, escuela, teatro. Se reguló el modo de vida de los trabajadores, con unas normas que tenían que cumplir como condición para vivir en el área. También se les cobró un alquiler. Con el diseño, que fue a cargo del arquitecto Solon Spencer Beman, se pretendió dar respuesta a las necesidades de los trabajadores dentro del vecindario. Las viviendas se formularon como viviendas unifamiliares adosadas con servicios básicos y altos estándares de calidad para la época.

En ocasiones, estas iniciativas también fracasaron. Un ejemplo de ello fue la fundación por Ruskin en 1871 de la Saint Georges Guild para la construcción de un suburbio-jardín cerca de Oxford. Sin embargo, sirvió de inspiración para William Lever, un fabricante de jabón, que construyó Port Sunlight en 1887 cerca de Liverpool. Port Sunlight ocupaba un terreno de 50 hectáreas y disponía de seiscientas viviendas unifamiliares agrupadas en pequeños conjuntos rodeados de jardines. Con esta colonia jardín planeada para 3.500 personas, Lord Lever pretendía socializar y cristianizar las relaciones comerciales y volver a una hermandad familiar que existía en los tiempos del trabajo manual. En Port Sunlight, cada casa se situaba frente a un amplio espacio verde, y cada familia tenía derecho a un huerto. Las vías peatonales se separaron de las carreteras para vehículos, para permitir que los niños caminasen de forma segura al ir a la escuela. Port Sunlight tenía tiendas, escuelas, una iglesia, un hospital, una piscina al aire libre e incluso un hotel. También disponía de instituciones culturales destinadas a los trabajadores como, por ejemplo, una sala de conciertos y la galería de arte Lady Lever. 

Fuente: Alex Liivet, (CC BY 2.0), https://bit.ly/3az77KQ

Vemos que todos estos ejemplos se basan en el concepto de la casa unifamiliar rodeada de jardín. Se hacía hincapié también en la búsqueda de un contacto con la naturaleza y en aproximar el campo a la ciudad. En cierto modo, son un antecedente de las propuestas de Ebenezer Howard, que estudiaremos en el siguiente tema.

Referencias

Beeson, E. W. (1911). Port Sunlight; the model village of England, a collection of photographs. New York: The Architectural book publishing company. Recuperado de https://archive.org/details/portsunlightmode00bees/page/n13/mode/2up

Delfante, Ch. (2006). Gran Historia de la Ciudad. De Mesopotamia a Estados Unidos [versión castellana de Angel Isac; ed. original, 1997]. Madrid: Abada.