TEMA 4. LA CIUDAD MEDIEVAL

Este es un largo periodo de la historia en el que inicialmente se dio un retroceso en el grado de urbanización en Europa, pero en el que después poco a poco las ciudades fueron creciendo y consolidándose. En España, nos interesará sobre todo contrastar las diferencias existentes entre la ciudad medieval cristiana y la ciudad hispanomulsumana, para identificar muchos de los orígenes de las ciudades actuales.

4.1 La ciudad medieval cristiana. Religión y Mercado.

4.1.2 Partes de la ciudad medieval

Cualesquiera que fueran sus orígenes, las ciudades medievales tienen contextos sociales, económicos y políticos similares en la mayor parte de los países europeos. Las partes que componen la ciudad son normalmente la muralla con sus torres y puertas, las calles y espacios afines destinados a la circulación, el mercado alojado a veces en el interior de un recinto cerrado, la gran masa de edificios de la ciudad y los espacios destinados a jardines privados anexos y, por supuesto, la Iglesia, que en numerosas ocasiones se encuentra ubicada en su propio espacio urbano. En muchas de ellas, el castillo también juega un papel fundamental, con una función defensiva. 

Fuente: imagen propia

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Un elemento de gran peso en la ciudad medieval es la muralla, que puede cumplir una triple función: como frontera aduanera, como elemento de defensa y también una misión sanitaria al cerrar la ciudad frente a las epidemias. La existencia de la muralla obliga a que la expansión de la ciudad no pueda ser un proceso continuo, sino que se vio obligada a desarrollarse en sucesivas etapas, cada una de las cuales iba precedido de la construcción de una nueva muralla para absorber a los suburbios construidos fuera de la ciudad.

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Fuente: crookoo, licencia Pixabayhttps://pixabay.com/es/photos/castillo-carcassonne-francia-612816/

Otro de los aspectos más característicos de las ciudades medievales es el gran poder que ejerce la Iglesia. Muchas ciudades surgen al amparo de la protección de las ciudades episcopales amuralladas y de los monasterios fuertemente defendidos.

Las plazas suelen tomar formas irregulares, en ensanchamientos de calles o espacios abiertos en los cruces de las calles. No se tratarán de plazas planificadas, por lo que la estructura y forma de las plazas serán muy diversas, respondiendo al uso y las exigencias prácticas. Un caso paradigmático es la Piazza del Campo de Siena con una forma característica adaptada para la celebración del Palio de Siena, una carrera de caballos que enfrenta a los distritos de la ciudad.

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Fuente: cisko66 (CC BY 3.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:San_Gimignano_-_panoramio_-_cisko66_(1).jpg

Entre todas, la plaza del mercado será la más destacada, porque ejerce también de plaza cívica y es donde se suele ubicar la fuente o pozo. Esta plaza no se suele situar próxima a la Iglesia, donde encontraremos otra Plaza, denominada Parvis, que suele servir para la celebración de ritos religiosos.

Fuente: Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:ND_de_Paris_le_parvis_vers_1750.jpg

Referencias

Morris, A. E. J. (2018). Historia de la forma urbana: desde sus orígenes hasta la revolución industrial. Barcelona: Gili.