TEMA 4. LA CIUDAD MEDIEVAL

Este es un largo periodo de la historia en el que inicialmente se dio un retroceso en el grado de urbanización en Europa, pero en el que después poco a poco las ciudades fueron creciendo y consolidándose. En España, nos interesará sobre todo contrastar las diferencias existentes entre la ciudad medieval cristiana y la ciudad hispanomulsumana, para identificar muchos de los orígenes de las ciudades actuales.

4.1 La ciudad medieval cristiana. Religión y Mercado.

4.1.1 Tipologías de ciudades medievales

Podemos clasificar las ciudades medievales en función de su origen en cinco grandes categorías:

  • Ciudades de origen romano
  • Burgos: construidos al principio como bases militares fortificadas que después fueron adquiriendo funciones comerciales.
  • Ciudades de crecimiento orgánico desarrolladas a partir de aldeas.
  • Bastidas francesas, inglesas o galesas: asentamientos de nueva creación que se trazaban de acuerdo a un plano geométrico definido generalmente de forma rectangular y generalmente estaban fortificadas.
  • Ciudades de nueva planta de toda Europa, la mayoría de ellas fundadas con fines comerciales.

Las ciudades de crecimiento orgánico se trataban bien de restos de ciudades de fundación romana, bien de burgos, constituidos en el siglo IX como bases fortificadas y que fueron adquiriendo posteriormente funciones comerciales o bien de aldeas que iban a ir creciendo y adquirirían el estatus de ciudad.

En las ciudades de origen romano, con frecuencia, la estructura original: romana en retícula se perdía ya que muchas veces se habían despoblado y sólo se ocupaba una parte de la ciudad. Con frecuencia, cuando se realizaban reconstrucciones, estas se basaban en el crecimiento orgánico sin planificar de la época medieval.

Fuente: IGN (CC-BY 4.0), https://www.ign.es/web/catalogo-cartoteca/resources/html/017114.html

Fuente: IGN (condiciones legales), https://www.ign.es/web/catalogo-cartoteca/resources/html/017114.html

Fuente: Matthäus Merian, Rijksmuseum, Dominio público,  https://picryl.com/media/plattegrond-en-gezicht-op-regensburg-e943ac

Los burgos surgieron debido a la necesidad de defensa de los territorios por parte de los señores feudales y florecen a partir de la construcción de castillos dotados de murallas con fines defensivos, que posteriormente irían agrandando sus fronteras, ganando población y adquiriendo funciones comerciales. Su origen es diverso, pudiendo tratarse de fundaciones ex Novo (Oxford y Wallingford) o de núcleos rurales preexistentes a los que se les doto de nuevas murallas o se reforzaron las antiguas.

Fuente: F. Merryweather, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:An_Exact_Plan_and_Section_of_Old_Sarum.jpg

 Fuente: Kurt Kastner, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Old_Sarum_Model_from_West.jpg

Los asentamientos aldeanos después transformados en ciudades son el ejemplo más claro de un crecimiento orgánico sin planificación. El desarrollo de estos núcleos se ve determinado por la estructura de los caminos originales, los límites de propiedad y las exigencias de su situación. Se puede clasificar sus trazados en cuatro grandes grupos:

  • aldeas encerradas o nucleares, que surgen a partir de un núcleo compacto.
  • aldeas polinucleares, que se desarrollan a partir del crecimiento de diversos núcleos de población cercanos entre si y que posteriormente se convierten en uno.
  • aldeas lineales o pueblos camineros, que se desarrollan a lo largo de un eje de comunicación.
  • aldeas dispersas o diseminadas, sin formas coherentes, con casas aisladas y esparcidas en grupos de dos o tres unidas por una red de caminos.

En este punto, hay que preguntarse en qué momento una aldea adquiría el estatus de ciudad. La respuesta a ello se encuentra en el momento en el que adquiría la función secundaria de centro de comercio local y desarrollaba algún tipo de industria especializada de pequeñas dimensiones.

En definitiva, la ciudad medieval es el resultado de su estructura económica (donde existe ya una artesanía y un comercio), de su diversa estructura social (al surgir clases sociales distintas del agricultor como artesanos, clérigos, comerciantes o aristócratas), de su estructura física (donde encontramos un trazado urbano con edificios públicos y fortificaciones), de su situación geográfica privilegiada (en las comunicaciones terrestres y fluviales, con la existencia de puentes, puestos de reabastecimiento y de parada) y, por último, de su vitalidad política. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que las funciones comerciales no alteraron demasiado en un principio la relación entre el señor feudal y los habitantes de la ciudad.

La otra gran categoría de ciudad medieval son las ciudades de nueva fundación, que se pueden agrupar en dos grandes clases. Por un lado, las bastidas, que fueron construidas en base a un plan predeterminado y que adquieren una forma característica y fácilmente identificable, y, en segundo lugar, las ciudades llamadas de "nueva planta", de las que pocas fueron fruto de una planificación previa.

Fuente: FRAMYJO, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bastides_-_3_-_situation_en_1271.jpg

Las bastidas se trazaban con arreglo a un plano geométrico definido, frecuentemente de forma rectangular, aunque también podían adoptar otras formas en función a la topografía del lugar. Para hacerlas atractivas, se cedía terreno edificable junta con tierras de cultivo, así como otros privilegios económicos, a sus futuros habitantes. En ocasiones, aunque la retícula de calles es lo habitual, esta se encuentra distorsionada o se utiliza únicamente en un sector de la ciudad. La mayoría de ellas surgen por la autoridad central real, bien para imponerse sobre las partes disidentes de su territorio, bien para extender sus dominios. Normalmente, esa autoridad financiaba la construcción de las murallas de la ciudad, que controlaban el trazado de las mismas. En general, las tierras eran cedidas a los nuevos habitantes directamente por la corona y, a cambio, ellos debían corresponder prestando algún servicio militar a tiempo parcial, por ejemplo, en las bastidas galesas, existía una alta proporción de familias inglesas como parte de una política de colonización. Las bastidas francesas, además, servían de fuente de producción agrícola y como centro local de mercado para el comercio. Frecuentemente existían murallas, aunque se diferencian las fuertes murallas de las bastidas galesas y las fortificaciones urbanas de la mayoría de las bastidas francesas. A veces, se construían murallas circulares, tanto por razones económicas como defensivas, ya que eran más apropiadas para repeler las tácticas de asalto de la época. También era frecuente la presencia de un foso, pero no así la de un castillo.

Fuente: BnF Gallica, licencia BnF Gallica, https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b7100604v/f1.item.r=plandelacitC3A9carcassonne

Fuente: Gobierno Vasco. Geoeuskadi (CC by 3.0), https://www.geo.euskadi.eus/s69-bisorea/es/x72aGeoeuskadiWAR/index.jsp

Fuente: James Stringer (CC BY-NC 2.0), https://bit.ly/3xeYmPS

Ni las bastidas inglesas (Winchelsea y Kingston-upon-Hull), ni las francesas contaban con un castillo, aunque las francesas poseían a veces iglesias de construcciones extremadamente sólidas y situadas en plazas separadas que servían de ciudadelas. En cambio, las bastidas galesas si contaban con un castillo agregado a ellas que servía de base para una guarnición del ejército regular.

Fuente: Gobierno Vasco. Geoeuskadi (CC by 3.0), https://www.geo.euskadi.eus/s69-bisorea/es/x72aGeoeuskadiWAR/index.jsp

Fuente: Wenceslaus Hollar, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Wenceslas_Hollar_-_Hull.jpg

Fuente: William Ashton, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=10777424

Dentro de las ciudades de nueva planta, se pueden encontrar unas 120 fundaciones urbanas en Inglaterra, alguna de las cuales tuvieron motivaciones estratégicas de índole político -militar similares a las bastidas, pero siendo la mayoría fundadas con fines comerciales. Por ejemplo, tenemos el caso de Salisbury, en el que se puede distinguir los restos del castro romano de Old Sarum próximos a la New Sarum, que se constituyó con fines comerciales aprovechando el lugar estratégico de un cruce de caminos.

Fuente: imagen propia, mapa base del Gobierno Vasco, Geoeuskadi (CC by 3.0), https://www.geo.euskadi.eus/s69-bisorea/es/x72aGeoeuskadiWAR/index.jsp

También podemos encontrar ejemplos de nuevas ciudades en las fundaciones de los Zähringen que constituyeron ciudades, castillo y monasterios a ambos lados del Rhin (Suiza y Alemania).

Fuente: Charles Fichot, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:CH-NB_-_Bern,_Vogelschauansicht,_von_Westen_-_Collection_Gugelmann_-_GS-GUGE-FICHOT-A-1_(adjusted).jpg

Fuente: othree (CC BY 2.0), https://bit.ly/3xhIegn

En Alemania Oriental, también se crearon numerosas ciudades como colonias de las ciudades occidentales, como es el caso de Nuevo Brandeburgo. El objetivo era doble: por un lado, contribuían a la expansión alemana y, por otro, permitían alojar el excedente de población de las congestionadas tierras de cultivo de la ciudad original.

En la Republica de Florencia, también existió un programa de fundación de ciudades poco conocido llevado a cabo entre 1280 y 1310 en los valles del rio Arno y de sus afluentes. La política de Florencia en el siglo XIII estuvo basada en el control de su territorio mediante la fundación de castillos y ciudadelas. Desde el punto de vista de su forma física y sus fundamentos socioeconómicos, puede decirse que las terre murata son similares a las bastidas francesas.

Por último, decir que en España además de las ciudades islámicas, se encuentran numerosas ciudades de crecimiento orgánico, principalmente burgos que se desarrollaron alrededor de un castillo o a núcleos aldeanos fortificados por orden de la autoridad real o en respuesta a intereses locales; ciudades de crecimiento origen romano. Pero también se dan algunas fundaciones de nuevas ciudades entre los siglos XI y XV como, por ejemplo, Puente la Reina y Briviesca.

Fuente: Josep Maria Viñolas Esteva (CC BY 2.0), https://bit.ly/3sFNAPf

Referencias

Delfante, Charles (2006). Gran Historia de la Ciudad. De Mesopotamia a Estados Unidos [versión castellana de Angel Isac; ed. original, 1997]. Madrid: Abada.

Morris, A. E. J. (2018). Historia de la forma urbana: desde sus orígenes hasta la revolución industrial. Barcelona: Gili.