TEMA 1. LAS CIUDADES COMO CREACIÓN HUMANA. CRECIMIENTO URBANO Y PLANIFICACIÓN

A escala planetaria, la población urbana ha superado a la población rural y, en Europa, más del 70% de su población vive ya en ciudades. Podemos afirmar, por tanto, que vivimos en un planeta urbano y que, especialmente en los países en vías de desarrollo, se está incrementando el ritmo de urbanización. Sin embargo, en muchos de estos países, la urbanización no va de la mano de una mejora en la calidad de vida de sus ciudadanos y, hoy en día, más de mil millones de habitantes viven en slums o áreas marginales. De ahí el interés que genera el estudio de la ciudad en la geografía y la necesidad de una planificación adecuada de la misma.

1.4 El urbanismo y el planeamiento urbano

El urbanismo se puede considerar como la ciencia y arte de la ordenación urbana. El urbanismo es una práctica social, pero también una disciplina técnica que pretende dar solución a las necesidades materiales y sociales de sus residentes. En este sentido, es, por tanto, el reflejo de la forma de organización y del modo de vida de cada sociedad. Recibe aportaciones de numerosas disciplinas científicas (arquitectura, ingenierías, economía, sociología, geografía, historia del arte, etc.), aunque la perspectiva con que abordan el estudio de la ciudad sea diferente, pero siempre complementario (Delgado Viñas, 2016).

El urbanismo es una disciplina relativamente nueva que nace en el siglo XIX con objeto de transformar la ciudad de la era industrial. Tras la Segunda Guerra Mundial con las transformaciones de orden económico, político y social que se produjeron en los países desarrollados, pero también en el Tercer Mundo, el urbanismo conoció una expansión sin precedentes, tanto en el ámbito teórico como aplicado. En la actualidad, están proliferando los trabajos y publicaciones acerca del urbanismo realizados por investigadores procedentes de muy diversas disciplinas: geografía, arquitectura, economía, historia, arqueología, etc. En definitiva, el urbanismo es una ciencia que tiene tanto un carácter teórico como un carácter aplicado.

Las aspiraciones del urbanismo pasan por mejorar las condiciones de habitabilidad de las ciudades y lograr una mayor funcionalidad de las mismas. A lo largo de la historia, siempre han existido propuestas de ciudades ideales, propuestas muchas veces utópicas, que pretenden conseguir una mejor calidad de vida para los habitantes de las ciudades. Al fin y al cabo, el urbanismo intentará dar respuesta a objetivos diversos como podría ser lograr una mayor calidad de vida para los ciudadanos, búsqueda de competitividad territorial, inclusión social, etc. Por todo ello, el modo en que enseñamos y planificamos nuestras ciudades puedes ejercer una gran influencia en diferentes dimensiones nuestro día a día: social, económica, ambiental, etc.

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Por último, el urbanismo se traslada al territorio a través del planeamiento urbano, que es el instrumento que nos va a permitir ordenar físicamente el espacio a través de un conjunto de planes, proyectos y técnicas que establecerán los usos del suelo y la disponibilidad del mismo para crecer. Dado que las ciudades evolucionan, el urbanismo también ha evolucionado. El urbanismo no puede ser una disciplina estática y deberá adaptarse a las circunstancias cambiantes de la ciudad (Borja, 2016). El planeamiento urbano actuará a escala local, pero siempre insertándose dentro de un marco territorial más amplio y en consonancia con lo que marque la Ordenación Territorial a escala superior.

En resumen, el planeamiento urbano está dirigido a ordenar el espacio urbano y se sirve para ello de planes urbanísticos, que son instrumentos regulados por una legislación específica. Va a tener, por tanto, un efecto directo sobre el destino del suelo, sobre el uso que se le va a dar ese suelo y sus posibilidades de desarrollo. Su escala de aplicación se limita al espacio municipal, mientras que existen otros instrumentos a escala regional que realizarán una ordenación territorial. En España, la ordenación del territorio recae en manos de las comunidades autónomas que son las administraciones competentes en ello, mientras que el planeamiento urbano está en manos de los ayuntamientos, que son quienes elaborarán sus Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU) para ordenar todo el ámbito municipal y que, posteriormente, contarán con una serie de instrumentos para desarrollar la ordenación que venga recogida en el PGOU. En el caso de la Comunidad Autónoma del País Vasco, la ordenación territorial cuenta con el instrumento principal de las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT). Las DOT se desarrollarán a una escala intermedia a través de los Planes Territoriales Parciales. También existe una legislación territorial de carácter sectorial que se articula a través de los Planes Territoriales Sectoriales.

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Referencias

Borja, J. (2016). El urbanismo frente a la ciudad actual: sus desafíos, sus mediaciones y sus responsabilidades (Introducción). Recuperado de https://www.plataformaurbana.cl/archive/2016/02/15/el-urbanismo-frente-a-la-ciudad-actual-sus-desafios-sus-mediaciones-y-sus-responsabilidades-introduccion-por-jordi-borja/

Delgado Viñas, C. (2017). Miradas sobre la ciudad desde la geografía, la historia y el urbanismo. El estado de la cuestión a comienzos del siglo XXI. Ciudades, (19), 117-142. https://doi.org/10.24197/ciudades.19.2016.117-142

Esteban i Noguera, J. (2011). La ordenación urbanística: conceptos, herramientas y prácticas. Recuperado http://hdl.handle.net/2099.3/36652