TEMA 5. LA CIUDAD RENACENTISTA Y BARROCA

Con el Renacimiento se incorpora la cuadrícula y la línea recta al plano urbano. En sus inicios, no hubo una fuerte plasmación práctica, pero sí fueron relevantes el desarrollo de las teorías urbanísticas en torno a la ciudad ideal y la aplicación de la ingeniería militar en la fortificación de las ciudades. El Barroco, en cambio, puede ser considerado como un periodo fuertemente innovador desde el punto de vista urbanístico.

5.1 La ciudad renacentista. El renacer de la Cultura Clásica

5.1.2 La ciudad ideal. Propuestas teóricas y aplicaciones anecdóticas

En el Renacimiento existió un interés por encontrar la morfología perfecta para el diseño de las ciudades. Esto dio como resultado numerosas propuestas teóricas en torno a la construcción de la “Ciudad ideal”, siendo muy infrecuentes las veces que estas formulaciones teóricas se plasmaron sobre el terreno. Todas estas propuestas coinciden en apostar por un enfoque geométrico de la planta donde el círculo fue visto como la forma ideal, pero que también se hacía uso de otras formas geométricas como el hexágono, el octágono, formas estrelladas, etc.

Estas propuestas estarán influenciada en su diseño por los teóricos de ideología humanista que persiguen la construcción de la ciudad ideal a partir de Se trató sobre todo de un trabajo teórico, puesto que rara vez los diseños imaginados llegaron a ser plasmados. La ciudad ideal se presenta, por tanto,  como un artificio del pensamiento, cuyo sustrato lo podemos encontrar en la obra “De Re Aedificatoria” de Leon Battista Alberti (1404-1472). Al parecer, pudo ser el primero en publicar un tratado de urbanismo. Esta obra, inspirada en los escritos de Vitrubio, realiza grandes aportaciones en cuanto la composición técnica de las ciudades. En cierto modo, se trata de una adaptación de las teorías clásicas a las exigencias estéticas y prácticas de la época: sistemas defensivos que faciliten la defensa, aspectos relativos a la higiene, necesidad de apertura y ampliación de calles derivadas del incremento del tráfico o búsqueda de una mayor estética.

Otro urbanista al que se le reconoce una aportación especial a la conformación de la Ciudad ideal fue Antonio Averlino, más conocido como Filarete. Averlino recogió en  su Trattato d'Architettura  la propuesta de una ciudad ideal a la que denominó Sforzinda en honor a su mecenas, el Duque Francesco Sforza. Antonio Averlino, llamado Filarete (1400-1469), escribió su Tratatto d'Architectura con motivo de la posible realización de una ciudad ideal. Filarete denominará a esta ciudad Sforzinda y en su diseño propuso una distribución jerarquizada de los edificios adaptados a un esquema radioconcéntrico. Diseño las plazas de forma ortogonal y propuso un trazado radial para las calles y canales.  La forma de la ciudad, con un doble cuadrado que forma la planta, uno de los cuales ha sido rotado 45 grados es altamente innovadora. La razón de esta disposición es la necesidad de adaptar el perímetro de las murallas al uso de las armas de fuego. Otra novedad de la propuesta de Filarete es la introducción de canales en la trama urbana, que probablemente estuvo influenciado por el diseño de ciudades como Venecia o Padua.  De la plaza dependerá la distribución jerarquizada de los principales edificios públicos, religiosos y particulares, que se dispondrán de forma concéntrica a la misma. De esta forma, introducía plazas distribuidas por la ciudad y ocho torres y ocho puertas en el perímetro exterior. A mitad de camino cada calle es un cuadrado abierto, ocho de los cuales tienen una iglesia en el centro. Los lugares cívicos se dividen en barrios gubernamentales, administrativos, religiosos y económicos.

Fuente: Caterina Palestini (CC BY), https://www.researchgate.net/figure/Modular-and-constructive-schemes-of-the-Sforzinda-plant_fig1_321142161

Como hemos comentado, pocas veces se llevaron a la práctica estas propuestas, aunque encontramos algunos ejemplos paradigmáticos como la ciudad de Palma Nova en Italia, obra maestra de Vincenzo Scamozzi diseñada en 1593. Otras ciudades que también presentan diseños propios de la ciudad ideal son Coevorden, Groninga, Zwolle, Nijmegen, Breda en los Países Bajos o la ciudad hexagonal de Grammichele cerca de Catania en la isla de Sicilia. Lo que también se puede apreciar es que poco a poco el aspecto de la defensa y la fortificación se hizo más importante y una prueba de ello es la incorporación de sistemas defensivos cada vez más complejos en estas propuestas. A veces, se combinaban estos prototipos de ciudad ideal con un diseño exhaustivo de las fortificaciones como podría ser el caso de Neuf Breisach. De hecho, son numerosas fortificaciones que se construyeron en Francia, auspiciadas por el ingeniero militar francés Vauban, en las que se transforma por completo la idea que se tenía de la muralla introduciendo diferentes líneas defensivas, baluartes, taludes y otros elementos que permitían contrarrestar mejor los ataques. En este sentido, Chueca Goitia (1968) afirma que casi todas las ciudades ideales que se construyeron se trataban de ciudades militares en las que la función defensiva se adaptaba a la rigidez geométrica de los esquemas poligonales fortificados. Además, todos estos esquemas eran realmente eficientes desde enfoques defensivos hasta el punto que podría afirmarse que esas ciudades estaban formuladas como fortalezas militares.

Fuente: Civitates Orbis Terrarum, Dominio Público, https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Palmanova1600.jpg

Fuente: IlirikIlirik (CC0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cinta_muraria_di_Palmanova.jpg

La ciudad ideal como construcción de defensa ya fue reconocida por Leonardo da Vinci (1452-1519) cuando estuvo al servicio del duque de Milán entre 1482 y 1499. Asesoró al duque en arquitectura, fortificaciones y asuntos militares y utilizó sus habilidades como ingeniero hidráulico y mecánico. La imaginación de Leonardo vagó por la ciudad ideal y prefirió la descentralización de ciudades abarrotadas (como Milán) en comunas separadas. Pero las propuestas de Leonardo contaban con un mayor grado de pragmatismo, que los planteamientos de ciudades ideales de la época. Leonardo Da Vinci planteaba una ciudad sin murallas para permitir el crecimiento horizontal de la misma. Separaba el tráfico peatonal del de vehículos de mercancías y animales ubicándolos en dos niveles diferenciados. También plantea ciudades de dimensiones reducidas que no sobre pasen los 30.000 habitantes. Introducir cuestiones de higiene al articular una red de canales para el saneamiento y el abastecimiento de la ciudad.

Referencias

Hidalgo García, D. (2015). La renovación urbana en la ciudad ideal renacentista de Leonardo da Vinci. Arte Y Ciudad, (8). https://doi.org/10.22530/ayc.2015.N8.318

Hub, B. (2008). La" Sforzinda" de Filarete: Ciudad ideal y recreación del mundo. Boletín de arte, (29), 11-36. Recuperado de https://revistas.uma.es/index.php/boletin-de-arte/article/download/4421/4124/