TEMA 5. LA CIUDAD RENACENTISTA Y BARROCA

Sitio: Proyecto OpenCourseWare (OCW) de la UPV/EHU
Curso: La evolución del planeamiento urbano, [2021/11] [cas]
Libro: TEMA 5. LA CIUDAD RENACENTISTA Y BARROCA
Imprimido por: Gonbidatua
Día: sábado, 18 de mayo de 2024, 08:29

Descripción

Con el Renacimiento se incorpora la cuadrícula y la línea recta al plano urbano. En sus inicios, no hubo una fuerte plasmación práctica, pero sí fueron relevantes el desarrollo de las teorías urbanísticas en torno a la ciudad ideal y la aplicación de la ingeniería militar en la fortificación de las ciudades. El Barroco, en cambio, puede ser considerado como un periodo fuertemente innovador desde el punto de vista urbanístico.

OBJETIVOS

En este tema se pretenden alcanzar los siguientes objetivos:

  • Conocer algunas de las propuestas de ciudades ideales que se elaboraron durante el Renacimiento.
  • Observar las transformaciones que se dieron en el plano de las ciudades durante la época del Renacimiento y del Barroco.
  • Reconocer el esquema urbanístico que se implantó en las Colonias españolas en América.
  • Identificar la transformaciones que se produjeron en los sistemas defensivos de las ciudades durante esta época.

5.1 La ciudad renacentista. El renacer de la Cultura Clásica

Hay que señalar que el urbanismo renacentista se difunde lentamente desde Italia hacia otros países europeos. El término Renacimiento significa volver a nacer y, precisamente, es el resurgir del interés por la cultura y el arte de la Grecia y la Roma clásicas. Dos serán los hechos que van a representar hitos de relevancia en el urbanismo renacentista y que contribuirán a la difusión de la cultura clásica: por una parte, la difusión de los escritos de Vitruvio, urbanista del periodo de la Roma Clásica, gracias a su publicación tras la invención de la imprenta y, por otra, la afluencia de eruditos y artistas griegos hacia Italia a causa de la toma de Constantinopla por los turcos en 1453.

Aunque dentro de la Historia del Arte se distinguen diferentes etapas (Primer Renacimiento, Renacimiento tardío, Barroco, Rococó o Neoclásico), nosotros vamos a abordar estas etapas como un continuo temporal donde sí que podremos destacar una diferencia fundamental: durante la época renacentista se desarrollará en gran medida el trabajo teórico con pocas plasmaciones prácticas en las ciudades, mientras que en la segunda etapa se irán introduciendo las ideas urbanísticas surgidas en el Renacimiento y se producirán cambios más significativos sobre las ciudades.

Frente a la informalidad de la ciudad medieval, el Renacimiento y el Barroco incorporan el equilibrio y la armonía en el diseño de la ciudad. No obstante, en un primer momento no se produjeron muchas ocasiones para realizar intervenciones integrales sobre las ciudades, debido a la falta de financiación o de interés de los gobernantes. Sí se produjeron algunas ampliaciones conforme a la estética de la época, basadas en la introducción de la línea recta, la retícula y las plazas regulares o geométricas. A veces, se podía actuar sobre la ciudad ya existente debido a necesidades de reconstrucción, pero las actuaciones no actuaban de forma global sobre todo la ciudad, sino sobre parte de las mismas, por lo que la trama urbana no se modificó en su mayor parte.

Fuente: Galleria Nazionale delle Marche, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Formerly_Piero_della_Francesca_-_Ideal_City_-_Galleria_Nazionale_delle_Marche_Urbino_2.jpg

Hubo escasas ocasiones en las que encontramos nuevas fundaciones de ciudades, y solían responder principalmente a estrategias militares, como fueron los casos de Palma Nova o Neuf Brisach, que cumplían una función defensiva y militar, protegiendo las fronteras y en las que el plano sí de forma integral a una estética renacentista. Pero estos casos fueron excepciones, en lugar de la norma.

Como hemos señalado, la primera etapa fue una etapa con pocas modificaciones en las ciudades. En esta etapa, aunque se produjo un incremento paulatino de la población, pero la mayor parte de las ciudades se encontraban constreñidas en su crecimiento por la existencia de murallas y no crecieron demasiado. Este incremento poblacional motivó la colmatación de los espacios interiores incrementándose la densidad o, de forma menos habitual, la ampliación de la ciudad. Cuando se ampliaba la ciudad, se dieron pocas oportunidades para llevar a cabo intervenciones que supusiesen un cambio significativo del trazado urbano, bien por falta de voluntad de las autoridades bien por falta de capacidad económica. Por tanto, la influencia del urbanismo del Renacimiento fue bastante limitado, y apenas afectó al trazado medieval.

En la época renacentista cinco van a ser los ámbitos en los cuales el urbanismo va a realizar aportaciones:

  • En el desarrollo de nuevos sistemas de fortificaciones influenciados por los avances en la ingeniería militar.
  • En la aparición de nuevos espacios públicos.
  • En la reestructuración de las ciudades ya existentes principalmente para realizar actuaciones de embellecimiento y ampliación de calles.
  • En la ampliación de las ciudades con la creación de nuevos barrios en los que se introduce la línea recta.
  • En el trazado de un número reducido de ciudades nuevas, algunas de las cuales se basan en el concepto de ciudad ideal.

Referencias

Terán Troyano, F. de (1982). El problema urbano. Barcelona: Salvat. Recuperado de http://oa.upm.es/10952/1/problemaurbano.pdf

5.1.1 El sistema de fortificaciones. Nuevas necesidades defensivas

A partir del siglo XV, se empezaron a producir una pequeña revolución en los sistemas defensivos de las ciudades con motivo de la irrupción del cañón. Las nuevas defensas de la ciudad requerían de un progresivo aumento de la distancia horizontal existente entre el perímetro de la ciudad y el límite exterior de las propias fortificaciones. Las fortificaciones se hicieron cada vez más complejas e inexpugnables. Incluían elementos como el baluarte de forma pentagonal, estructuras con forma de estrella, bastiones y revellines que mejoraron la defensas, etc. La construcción y ampliación de estas defensas supuso una fuerte inversión por parte de las ciudades, imponiendo por esta razón densidades fuertes dentro de las murallas. Al desarrollo de los sistemas defensivos, también contribuyeron numerosos eruditos llegados de Oriente tras la caída del Imperio Romano.

Fuente: Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, Dominio Público, https://www.flickr.com/photos/fdctsevilla/40843838312/in/album-72157694634558035/

En esta época se desarrolló en gran medida la ingeniería militar y uno de sus exponentes más importantes fue el Marqués de Vauban, que obtuvo una gran reputación gracias al diseño y construcción de fortificaciones en ciudades fronterizas de Francia. Destacan por ejemplo la ciudad baluarte de Neuf Brisach en la región de Alsacia o la ciudad de Bezançon cerca de la frontera con Suiza. 

Fuente: Sébastien Le Prestre de Vauban, Dominio Público, https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Plan_citadelle_Neuf_Brisach.jpg

Fuente: Europa Nostra (CC BY-NC-SA 2.0), https://www.flickr.com/photos/europanostra/6820405334/in/photostream/

Fuente: Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, Dominio Público, https://www.flickr.com/photos/fdctsevilla/26013600267/

Fuente: Comité Régional du Tourisme de Franche Comté, libre de derechos, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Citadelle_Besan%C3%A7on.jpg

Más cerca de la frontera con España, podemos destacar la ciudad de Bayona, en la que también se puede identificar en su plano los característicos sistemas defensivos propuestos por Vauban.

Fuente: Biblioteque Nationale de France, licencia BnF Gallicahttps://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b59733276#

Desde el siglo XV en adelante vieron a la luz una serie de publicaciones sobre teoría de la arquitectura, diseño de ciudades e ingeniería militar, que contribuyeron también a difundir los conocimientos sobre los sistemas defensivos aplicados a las ciudades.

5.1.2 La ciudad ideal. Propuestas teóricas y aplicaciones anecdóticas

En el Renacimiento existió un interés por encontrar la morfología perfecta para el diseño de las ciudades. Esto dio como resultado numerosas propuestas teóricas en torno a la construcción de la “Ciudad ideal”, siendo muy infrecuentes las veces que estas formulaciones teóricas se plasmaron sobre el terreno. Todas estas propuestas coinciden en apostar por un enfoque geométrico de la planta donde el círculo fue visto como la forma ideal, pero que también se hacía uso de otras formas geométricas como el hexágono, el octágono, formas estrelladas, etc.

Estas propuestas estarán influenciada en su diseño por los teóricos de ideología humanista que persiguen la construcción de la ciudad ideal a partir de Se trató sobre todo de un trabajo teórico, puesto que rara vez los diseños imaginados llegaron a ser plasmados. La ciudad ideal se presenta, por tanto,  como un artificio del pensamiento, cuyo sustrato lo podemos encontrar en la obra “De Re Aedificatoria” de Leon Battista Alberti (1404-1472). Al parecer, pudo ser el primero en publicar un tratado de urbanismo. Esta obra, inspirada en los escritos de Vitrubio, realiza grandes aportaciones en cuanto la composición técnica de las ciudades. En cierto modo, se trata de una adaptación de las teorías clásicas a las exigencias estéticas y prácticas de la época: sistemas defensivos que faciliten la defensa, aspectos relativos a la higiene, necesidad de apertura y ampliación de calles derivadas del incremento del tráfico o búsqueda de una mayor estética.

Otro urbanista al que se le reconoce una aportación especial a la conformación de la Ciudad ideal fue Antonio Averlino, más conocido como Filarete. Averlino recogió en  su Trattato d'Architettura  la propuesta de una ciudad ideal a la que denominó Sforzinda en honor a su mecenas, el Duque Francesco Sforza. Antonio Averlino, llamado Filarete (1400-1469), escribió su Tratatto d'Architectura con motivo de la posible realización de una ciudad ideal. Filarete denominará a esta ciudad Sforzinda y en su diseño propuso una distribución jerarquizada de los edificios adaptados a un esquema radioconcéntrico. Diseño las plazas de forma ortogonal y propuso un trazado radial para las calles y canales.  La forma de la ciudad, con un doble cuadrado que forma la planta, uno de los cuales ha sido rotado 45 grados es altamente innovadora. La razón de esta disposición es la necesidad de adaptar el perímetro de las murallas al uso de las armas de fuego. Otra novedad de la propuesta de Filarete es la introducción de canales en la trama urbana, que probablemente estuvo influenciado por el diseño de ciudades como Venecia o Padua.  De la plaza dependerá la distribución jerarquizada de los principales edificios públicos, religiosos y particulares, que se dispondrán de forma concéntrica a la misma. De esta forma, introducía plazas distribuidas por la ciudad y ocho torres y ocho puertas en el perímetro exterior. A mitad de camino cada calle es un cuadrado abierto, ocho de los cuales tienen una iglesia en el centro. Los lugares cívicos se dividen en barrios gubernamentales, administrativos, religiosos y económicos.

Fuente: Caterina Palestini (CC BY), https://www.researchgate.net/figure/Modular-and-constructive-schemes-of-the-Sforzinda-plant_fig1_321142161

Como hemos comentado, pocas veces se llevaron a la práctica estas propuestas, aunque encontramos algunos ejemplos paradigmáticos como la ciudad de Palma Nova en Italia, obra maestra de Vincenzo Scamozzi diseñada en 1593. Otras ciudades que también presentan diseños propios de la ciudad ideal son Coevorden, Groninga, Zwolle, Nijmegen, Breda en los Países Bajos o la ciudad hexagonal de Grammichele cerca de Catania en la isla de Sicilia. Lo que también se puede apreciar es que poco a poco el aspecto de la defensa y la fortificación se hizo más importante y una prueba de ello es la incorporación de sistemas defensivos cada vez más complejos en estas propuestas. A veces, se combinaban estos prototipos de ciudad ideal con un diseño exhaustivo de las fortificaciones como podría ser el caso de Neuf Breisach. De hecho, son numerosas fortificaciones que se construyeron en Francia, auspiciadas por el ingeniero militar francés Vauban, en las que se transforma por completo la idea que se tenía de la muralla introduciendo diferentes líneas defensivas, baluartes, taludes y otros elementos que permitían contrarrestar mejor los ataques. En este sentido, Chueca Goitia (1968) afirma que casi todas las ciudades ideales que se construyeron se trataban de ciudades militares en las que la función defensiva se adaptaba a la rigidez geométrica de los esquemas poligonales fortificados. Además, todos estos esquemas eran realmente eficientes desde enfoques defensivos hasta el punto que podría afirmarse que esas ciudades estaban formuladas como fortalezas militares.

Fuente: Civitates Orbis Terrarum, Dominio Público, https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Palmanova1600.jpg

Fuente: IlirikIlirik (CC0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cinta_muraria_di_Palmanova.jpg

La ciudad ideal como construcción de defensa ya fue reconocida por Leonardo da Vinci (1452-1519) cuando estuvo al servicio del duque de Milán entre 1482 y 1499. Asesoró al duque en arquitectura, fortificaciones y asuntos militares y utilizó sus habilidades como ingeniero hidráulico y mecánico. La imaginación de Leonardo vagó por la ciudad ideal y prefirió la descentralización de ciudades abarrotadas (como Milán) en comunas separadas. Pero las propuestas de Leonardo contaban con un mayor grado de pragmatismo, que los planteamientos de ciudades ideales de la época. Leonardo Da Vinci planteaba una ciudad sin murallas para permitir el crecimiento horizontal de la misma. Separaba el tráfico peatonal del de vehículos de mercancías y animales ubicándolos en dos niveles diferenciados. También plantea ciudades de dimensiones reducidas que no sobre pasen los 30.000 habitantes. Introducir cuestiones de higiene al articular una red de canales para el saneamiento y el abastecimiento de la ciudad.

Referencias

Hidalgo García, D. (2015). La renovación urbana en la ciudad ideal renacentista de Leonardo da Vinci. Arte Y Ciudad, (8). https://doi.org/10.22530/ayc.2015.N8.318

Hub, B. (2008). La" Sforzinda" de Filarete: Ciudad ideal y recreación del mundo. Boletín de arte, (29), 11-36. Recuperado de https://revistas.uma.es/index.php/boletin-de-arte/article/download/4421/4124/

5.1.3 Las Plazas Mayores españolas. Símbolo representativo del urbanismo en España

Aunque sus orígenes se remontan a la Edad Media, es a partir del Renacimiento y sobre todo del Barroco, cuando se constituye como uno de los elementos más significativos del urbanismo español. La primera plaza que se construyó fue la de Valladolid en el año 1571, pero hay que destacar la Plaza Mayor de Madrid diseñada por Juan Gómez de Mora en el 1617 porque definió una serie de características que se repetirán en el resto de Plazas Mayores construidas a través de toda la geografía española.

Fuente: Juan de la Corte, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Corte-plaza_mayor.jpg


Fuente: Mati Angulo, licencia Pexelshttps://www.pexels.com/photo/people-gathering-near-plaza-930595/?utm_content=attributionCopyText&utm_medium=referral&utm_source=pexels

La Plaza Mayor española es una plaza rectangular cerrada que suele presentar arcadas como elemento característico. Se constituye como un espacio público con un urbanismo regular que se componían por edificios de similares características arquitectónicas y en ellas se localizaban los edificios más representativos de la ciudad como el Ayuntamiento. Sus diseños aportan un tratamiento uniforme a todo el espacio, persiguiendo dar uniformidad al conjunto arquitectónico, aunque suele destacarse sobre el resto de edificios, el del Ayuntamiento. El resto de edificios buscará estéticas semejantes, aunque también se introducían variaciones que podían aportarle un carácter monumental al conjunto.

Fuente: Raúl Hernández González (CC BY 2.0), https://bit.ly/2Qpp9bG


Se presenta como un espacio multifuncional en el que se dan usos comerciales, para actividades lúdicas o festivas, actividades religiosas. Funcionan como lugar de reunión y de esparcimiento. Es centro de actividad cívica y social, pero también de representación de la autoridad local. Por lo general se ubicaban en espacios ganados a los arrabales de existente, aunque podían situarse sobre una plaza ya existente. Se adaptaban al terreno y aunque perseguían uniformidad y regularidad, esta adaptación puede dar origen a plazas algo más irregulares.

Los orígenes de las plazas mayores se remontan a la Edad Media, aunque se empiezan a definirse y regularizarse dentro del urbanismo durante el Renacimiento. La Plaza Mayor del barroco, es un espacio público, que actúa como escenario urbano en el que se desarrollan todo tipo de actos, representaciones y espectáculos. La mentalidad del Barroco tiene como base la fiesta, el teatro y la plaza, en este contexto, se convierte en el centro de la vida cotidiana de los habitantes de una ciudad, un teatro urbano al aire libre.

Referencias

Navascués Palacio, P. (2002). La Plaza Mayor en España. Papeles de Arquitectura Española, 5, 3-39. Recuperado de http://oa.upm.es/10929/1/plazamayor.pdf

Ramos, M. D. G. (2006). Pasado y presente de la plaza de la corredera de Córdoba. Espacio, Tiempo y Forma, 18, 85-108. https://doi.org/10.5944/etfvii.18-19.2005.1499

Ricard, R. (1950). La plaza mayor en España y en América española. Estudios geográficos, 11(39), p. 321. Recuperado de https://search.proquest.com/docview/1304236503?pq-origsite=gscholar&fromopenview=true&imgSeq=1

5.1.4 Las ciudades coloniales de América

Las ideas racionalistas del Renacimiento influirían notablemente en el urbanismo de los nuevos territorios americanos. Así, la conquista de América, iniciada en el siglo XVI, permitió a los urbanistas llevar a la práctica en un territorio virgen las ideas utópicas del modelo griego, construyendo ciudades conforme al planteamiento aristotélico. Conforme al modelo político de plaza mayor donde las cabeceras eran ocupadas por la iglesia y el Ayuntamiento o concejo y en los laterales las casas de las clases gobernantes.



Fuente: Lorenzo Suárez de Figueroa, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Boazio-Sir_Francis_Drake_in_Cartagena.jpg

El 3 de Julio de 1573, Felipe II promulgó una serie de ordenanzas sobre la creación de ciudades en sus tierras del Nuevo Mundo conocidas como las Leyes de lndias en las que se disponía, entre otras cosas, la formación simétrica de las ciudades a partir de su centro: "Se haga la planta del Lugar repartiéndola por sus plazas, calles y solares a cordel y regla, comenzando desde la plaza mayor, y desde allí sacando las calles a las puertas y caminos principales, y dejando suficiente espacio Libre para que aun cuando crezca la ciudad pueda extenderse siempre en forma simétrica". Estas ordenanzas estuvieron tres siglos en vigor.

Fuente: Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Boazio-Sir_Francis_Drake_in_Cartagena.jpg

Algunos de los postulados que establecían las Leyes de Indias eran los siguientes:

  • En las ciudades portuarias, las plazas deberán ser inmediatas al puerto, con la finalidad de facilitar las operaciones militares y comerciales. La plaza será de proporciones rectangulares: 110 X 170 metros.
  • Las calles partirán de los centros de las esquinas de las plazas, para facilitar el paso de la caballería. Las casas que tributen la fachada hacia la plaza, deberán tener portal, con la finalidad que los mismos sirvan de resguardo para las actividades comerciales.
  • Las casas serán lisas, sin elementos salientes en sus fachadas y de un solo piso. Se construirán con brevedad y poco costo. (Este criterio se contrapuso a la necesidad de dotar a las ciudades de una arquitectura que infundiese respeto y admiración a la población indígena. La existencia o no de poblaciones indígenas, determinó que se respetase o no esta alternativa).
  • El ancho de las calles sería grande en los climas fríos y estrechos en los climas cálidos, para favorecer en el caso último, el resguardo del sol.
  • Las calles permitirán el paso de las tropas a caballo y carecerán de arbolado.
  • En las ciudades alejadas de las costas, la iglesia se construirá distante de la plaza y sobre gradas, para darle realce, jerarquía y solemnidad.
  • En las ciudades portuarias, la iglesia se construirá en la plaza junto al mar, para que pueda ser utilizada como castillo y salvaguarda en caso de emergencia. En estas ciudades, la aduana se establecería también en la plaza.
  • Las esquinas de la plaza darán a los cuatro vientos.

En este link se encuentra disponible el código completo.

En el capítulo IV del volumen II recogen los puntos más importantes en relación con el urbanismo, que resumiéndolos hacen referencia a los siguientes aspectos:

  • Fundación: establece las condiciones que el emplazamiento de la ciudad debe cumplir, entre otros, situarse en un lugar vacante y que estuviese en alto, pero fuese accesible. También inciden en la importancia de disponer de recursos (tierras fértiles, madera, agua dulce, etc.). De estar situada en la costa debe disponer de un puerto y evitar zonas pantanosas.
  • Establecimiento de plazas: Primero se escoge el lugar para la plaza mayor y luego se sitúan las calles, puertas y caminos principales permitiendo que la ciudad se pueda ir expandiendo. De las plaza saldrán cuatro calles principales, una por medio de cada costado y dos calles por cada esquina de la misma. 
  • Catedrales, Parroquias y Monasterios: Entre las poblaciones, se debían construir centros religiosos. En la costa se deberán edificar las iglesias cerca del mar para que sean visibles desde el mismo.
  • Hospitales: los hospitales para enfermedades no contagiosas se colocaría junto al templo.
  • Mercados: se debían construir en lugares especiales por cuestiones de salubridad.
  • Construcción de casas: se debían disponer de solares y edificios que permitan que las habitaciones tengan ventilación adecuada.

En síntesis las Leyes de Indias fueron creadas para organizar las nuevas tierras conquistadas. Desde el punto de vista urbanístico, los principios reguladores de las ciudades estaban fijados desde el comienzo. Además, el patrón propuesto estaba fuertemente sustentado en la religión, lo que es visible en el emplazamiento privilegiado concedido a la Iglesia o Catedral. La ciudad se articulará a partir de la plaza central, pero se considerará también el futuro crecimiento de la población.

Por último, en Estado Unidos también hubo muchas fundaciones españolas basadas en tres modelos de ciudades: pueblos (fines comerciales), presidios (fines defensivos) y misiones (fines evangelizadores). Aunque, en origen, la función estaba claramente definida, con el tiempo se desdibujaba, y las ciudades iban adquiriendo nuevas funciones con lo que la diferencia entre estos modelos de ciudades dejaba de ser evidente. En la ciudad de Santa Barbara y en muchas otras ciudades de la Costa Oeste norteamericana, se pueden identificar este tipo de fundaciones. 

Las siguientes fotografías corresponden a la Misión de Santa Bárbara, fundada por los Franciscanos, con fines evangelizadores y construida por los indios Chumash.

Fuente: imagen propia

Fuente: imagen propia

En la misma ciudad de Santa Bárbara, podemos encontrar el Presidio Real, antigua fortificación construida para defender el Segundo Distrito Militar en California.

Fuente: imagen propia

Referencias

Morris, A. E. J. (2018). Historia de la forma urbana: desde sus orígenes hasta la revolución industrial. Barcelona: Gili. 

5.2 El urbanismo barroco. Orden y geometría

El Barroco, en contraposición con el Renacimiento, representó una época de gran actividad urbanística. En numerosas ciudades, el derribo de las murallas medievales obsoletas permitía incorporar terrenos a la ciudad que ofrecían la posibilidad de construir bulevares interiores o paseos. Se incorporan al diseño de la ciudad nuevos trazados en los que se refleja una preocupación por la simetría y la búsqueda de composiciones equilibradas. Con este objetivo, la utilización de las calles rectilíneas irrumpen con fuerza en el plano y sirven de instrumentos que marcan el crecimiento de las ciudades. Existe una preocupación por la introducción de la perspectiva en el tratamiento de los paisajes urbanos. Los edificios monumentales se emplazan en localizaciones específicas que permiten lograr un tratamiento estilístico unificado del espacio.

Fuente: Walkerssk, Licencia Pixabay, https://pixabay.com/photos/rome-the-vatican-italy-1945033/

Tres van a ser los instrumentos principales de los que se sirven (Morris, 2018):

  • La calle rectilínea: que solía servía para dar acceso a las edificaciones y cuya función principal era la de facilitar la movilidad en el interior de la ciudad.  En ocasiones, esta calle finalizaba en un elemento focal como podía ser una plaza, un edificio singular o incluso una estatua o monumento.
  • El plano en damero: que sirvió tanto para nuevos barrios residenciales contiguos a la ciudad como para el trazado de un reducido número de nuevas ciudades.
  • Las plazas: que podían tener distinta funcionalidad (Espacios destinados al tráfico, espacios residenciales o espacios peatonales).

Fuente: imagen propia

Existía, por tanto, una preocupación por la simetría y se buscaba conseguir una composición equilibrada respecto a uno o más ejes. Por ejemplo, la calle principal rectilínea solía servir de acceso a las edificaciones y frecuentemente mantuvo conexiones directas con las vías regionales de comunicación, pero su objetivo principal fue facilitar la movilidad entre las partes de la ciudad. También se introdujo el concepto de la calle concebida como un todo arquitectónico, enfatizando los efectos de la perspectiva mediante la colocación de elementos de terminación tanto arquitectónicos como escultóricos.

Fuente: imagen propia

Asimismo, la retícula se empleó con tres usos principales: 

  • Como base para los barrios residenciales agregados a áreas urbanas existentes
  • Como trazado completo de un número limitado de nuevas ciudades
  • Como combinación con una red de calles primarias como base del trazado de otras nuevas áreas urbanas

Las perspectivas infinitas y la gran escala del Barroco se lograron y fueron posibles tan sólo como resultado de los inmensos y centralizados poderes autocráticos que iban a recaer en los dirigentes de ciertos estados europeos. La ciudad se convierte en una escenografía que trata de generar efectos visuales. Se concede importancia a la estética y, sobre todo, esto se hace evidente en el diseño de los jardines, que se convierten en un elemento característico del barroco. Los palacios o residenciales reales de las monarquías europeas son un buen ejemplo de ello. En estos conjuntos residenciales, juegan con las simetrías y las proporciones para crear unos paisajes geométricos muy impactantes.

Fuente: Jean Delagrive, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Versailles_Plan_Jean_Delagrive.jpg

Fuente: 139904, Licencia Pixabay, https://pixabay.com/es/photos/versalles-palacio-de-versalles-493919/

Fuente: zhushenje, Licencia Pixabay, https://pixabay.com/es/photos/la-ermita-palacio-de-invierno-ermita-4409601/

Fuente: imagen propia

Referencias

Cano Forrat, J. (2003). Introducción a la historia del Urbanismo. Valencia: Universidad Politécnica de Valencia.

5.3 Lecturas recomendadas

El capítulo 12 de libro de Juan Cano Forrat es una buena síntesis del urbanismo del Renacimiento y del Barroco.

Cano Forrat, J. (2003). Introducción a la historia del Urbanismo. Valencia: Universidad Politécnica de Valencia. Recuperado de https://www.academia.edu/22562434/INTRODUCCION_A_LA_HISTORIA_DEL_URBANISMO_

El estudio de las ciudades ideales puede realizarse a través de estos dos artículos:

Hidalgo García, D. (2015). La renovación urbana en la ciudad ideal renacentista de Leonardo da Vinci. Arte Y Ciudad, (8). https://doi.org/10.22530/ayc.2015.N8.318

Hub, B. (2008). La" Sforzinda" de Filarete: Ciudad ideal y recreación del mundo. Boletín de arte, (29), 11-36. Recuperado de https://revistas.uma.es/index.php/boletin-de-arte/article/download/4421/4124/

Para abordar el estudio de la Plaza Mayor, se recomienda el siguiente artículo: 

Navascués Palacio, P. (2002). La Plaza Mayor en España. Papeles de Arquitectura Española, 5, 3-39. Recuperado de http://oa.upm.es/10929/1/plazamayor.pdf