TEMA 2. LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES URBANAS Y FORMAS URBANAS

Para llegar a comprender la realidad actual de la ciudad debemos estudiar su historia y su evolución. La ciudad es el resultado de esa historia y de cómo ha sido organizada por las diferentes sociedades a lo largo de los años. Las primeras civilizaciones urbanas surgieron porque se dieron mejoras agrícolas que permitieron obtener excedentes agrarios y con ello surgieron los mercados. La cultura y forma de organización social de las primeras civilizaciones se reflejaba en las ciudades y en la morfología de su plano urbano.

2.2 La civilización mesopotámica

En Mesopotamia, parece que existieron asentamientos neolíticos localizados en las mesetas altas y que, conforme fueron mejorando las técnicas de drenaje, consiguiendo secar las zonas aluviales y controlando mejor el riego, fueron ocupando los valles más fértiles.  Así, en torno a los años 3.500 y 3.000 a.C., se empezaron a asentar comunidades campesinas en los valles del Tigris y el Éufrates, surgiendo así las primeras civilizaciones urbanas en esta zona.

Fuente: Crates (CC BY 3.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ciudades_de_Sumeria.svg

De hecho, tuvieron que cumplirse dos condiciones para que produjese la revolución urbana. Por un lado, que existiese una parte de la sociedad que produjese excedentes de alimentos y otras materias primas que permitieron el surgimiento de otras actividades especializadas. Y, por otro lado, la articulación de un lenguaje escrito, que permitió administrar la sociedad y transmitir los conocimientos adquiridos. Por tanto, para que se produjese estas transformaciones se requería de unos avanzados conocimientos técnicos y una concentración de población, que nos permiten hablar de una sociedad urbana. No obstante, también fueron importantes otras condiciones como la existencia de una organización social compleja, la existencia de relaciones comerciales, etc.

El patrón típico de una ciudad sumeria constaba de un núcleo amurallado que se organizaba a partir de un palacio-templo y crecía de forma orgánica. Debido a la aridez del clima, las viviendas se adaptaban a las condiciones climáticas y se construían alrededor de un patio, protegiéndolas de la fuerte insolación y permitiendo las corrientes de aire. Eran edificaciones de baja altura.

Una ciudad típica de Sumeria constaba de tres partes: 

  • La ciudad misma: el área amurallada, el templo o los templos, el palacio y la residencia de los oficiales del rey, y el lugar donde se ubicaban las casas de los ciudadanos.
  • Los suburbios: una aglomeración de casas, granjas, ganado, campos y jardines, que abastece a la ciudad de alimentos y materias primas.
  • El puerto: el centro de la actividad comercial.

Como hemos comentado, el plano es reflejo de un crecimiento orgánico, con calles estrechas para favorecer la existencia de sombra y hacer frente al duro clima del desierto. Las calles también se orientaban adecuadamente para evitar la fuerte insolación y, con el objetivo de evitar los vientos cálidos del desierto, se construían calles laberínticas. Por tanto, es fácil encontrar callejones sin salida, lo que facilitó también la intimidad del hogar. Esto constituye una de las señas de identidad de la morfología urbana islámica, que veremos repetirse en las ciudades hispanomusulmanas.

Fuente: Jim Gordon (CC BY 2.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Citadel_(old_city)_of_Hewl%C3%AAr_(Erbil).jpg

Se han encontrado ciudades fuertemente amuralladas como fue Babilonia con una doble línea de murallas, cuyo plano se dispone conforme a una retícula y es atravesado por el río Éufrates. Fue una ciudad que pudo alcanzar los 500.000 habitantes y contenía grandes riquezas. En ella se encontraban los famosos jardines colgantes.  Estos jardines se disponían en terrazas de las que sobresalían, y por ello, daban la sensación de estar suspendidos en el aire. En esta ciudad también se encuentra el zigurat de Etemenanki, que pudo ser el inspirador de la historia de la Torre de Babel.

Fuente: Clker-Free-Vector-Images, Licencia Pixabay, https://pixabay.com/vectors/building-city-ancient-babylon-35768/

En Babilonia, también se hallaba la Puerta de Ishtar, que ahora se puede visitar en el Museo de Pérgamo de Berlín. Fue una de las ocho puertas monumentales de la muralla interior de la ciudad. Se encontraba decorada con cerámica vidriada de color azul y ornamentada con figuras de animales.  Fue levantada por Nabucodonosor II a comienzos del siglo VI a.C.

Fuente: Youngrobv (CC BY-NC 2.0), https://www.flickr.com/photos/youngrobv/2332153923/in/photostream

La civilización mesopotámica disponía de templos escalonados que reciben el nombre de Zigurats. Los zigurats disponían de una planta cuadrada o rectangular, escalonado en niveles que podían variar de tres a siete, y que culminaban en un templo en la terraza superior. Se utilizaba adobe y ladrillos como materiales de construcción. Entre otras, se han hallado zigurats en las ciudades de Ur, Uruk, Eridu, Nippur o Babilonia.

Fuente: wikiwikiyarou, Dominio Público, https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Ziggarat_of_Ur_001.jpg

Fuente: Tobias Verhaecht, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Verhaecht_babel-lille.jpg

También es característico de estas ciudades, la existencia de Tells, montículos artificiales que se han producido por la superposición de los restos de las viviendas que eran construidas en adobe y que, por tanto, tenían una escasa perdurabilidad. Cuando se volvía a construir una vivienda, demolían la existente y construían sobre sus ruinas. Así, generación tras generación, muchas ciudades han ido incrementando su altitud.

Fuente: Johan (CC BY 2.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aleppo,_citadel_2009_reflection.jpg