TEMA 2. LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES URBANAS Y FORMAS URBANAS

Sitio: Proyecto OpenCourseWare (OCW) de la UPV/EHU
Curso: La evolución del planeamiento urbano, [2021/11] [cas]
Libro: TEMA 2. LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES URBANAS Y FORMAS URBANAS
Imprimido por: Invitado
Día: domingo, 24 de noviembre de 2024, 12:22

Descripción

Para llegar a comprender la realidad actual de la ciudad debemos estudiar su historia y su evolución. La ciudad es el resultado de esa historia y de cómo ha sido organizada por las diferentes sociedades a lo largo de los años. Las primeras civilizaciones urbanas surgieron porque se dieron mejoras agrícolas que permitieron obtener excedentes agrarios y con ello surgieron los mercados. La cultura y forma de organización social de las primeras civilizaciones se reflejaba en las ciudades y en la morfología de su plano urbano.

OBJETIVOS

En este tema se pretenden alcanzar los siguientes objetivos:

  1. Entender cuáles fueron los factores detonantes para que surgiesen las primeras civilizaciones urbanas.
  2. Identificar la morfología propia de estas primeras civilizaciones.
  3. Comprender que el plano urbano refleja las características y la forma de organización de las sociedades que vivieron en ellas.

2.1 ¿Por qué surgieron las ciudades?

Decimos que las ciudades son creaciones humanas porque, a lo largo de la historia, las distintas civilizaciones les han ido dando forma y modelando el paisaje para convertir algo que no era urbano en urbano, es decir, para que se produjese el proceso de urbanización. De este modo, las ciudades son el resultado de las actuaciones que a lo largo de los años han acometido los distintos grupos de población que se han asentado sobre ella. Serán, en consecuencia, el reflejo de la forma en la que se organizaban esas sociedades. Si una sociedad estaba jerarquizada se podrá ver claramente en la diferenciación de los tipos de viviendas y en la existencia de una segregación espacial. Si una sociedad tenía creencias religiosas, lo vamos a poder observar en la disposición de edificios destinados al culto. Si una sociedad se organizaba en forma de clanes probablemente lo que observamos sea un crecimiento celular como ocurría en las ciudades hispanomusulmanas durante la Edad Media. El plano nos sirve a los geógrafos y a otros estudiosos de los fenómenos urbanos como instrumento fundamental para analizar la superposición de etapas históricas, permitiéndonos identificar las permanencias y los restos que quedan de etapas históricas anteriores. Así, podemos decir que el plano es un totalizador histórico y analizando planos correspondientes a momentos históricos distintos podremos vislumbrar cuál ha sido el devenir de esa ciudad.

Para que se pudiera dar la revolución urbana, es decir, la transformación de los asentamientos neolíticos en ciudades en torno a los años 3.500-3.000 a.C., tuvo que darse una producción agrícola excedentaria. Esta permitió a su vez una especialización laboral de una parte de la población, que pudo dedicarse a otras actividades que no eran la agricultura y la ganadería. Así, poco a poco, va surgiendo una forma de organización más compleja, donde podemos ver intentos de administración y una jerarquización de las clases sociales. A partir de entonces, o simultáneamente surgieron los mercados. Podemos entender aquí, por tanto, que uno de los factores que favoreció el surgimiento de las primeras ciudades fue la existencia de un mercado donde comerciar y vender el excedente agrícola. La religión jugó con frecuencia un papel fundamental en esa jerarquización. También, el surgimiento de la escritura y de conocimientos científicos avanzados como las matemáticas o la astronomía son una característica fundamental para que podamos hablar de civilizaciones urbanas.

Pero, ¿Dónde surgieron las primeras civilizaciones urbanas?

Fuente: RonPorter, Licencia Pixabay, https://pixabay.com/es/photos/r%C3%ADo-nilo-egipto-velero-dhow-378495/

Surgieron en el Sur de Mesopotamia, en la meseta entre el Tigris y el Éufrates; en Egipto, a lo largo del Río Nilo; en la India, en el valle del Indo; y en torno al río Amarillo, en China. Vemos que la existencia de agua jugó un papel fundamental. De hecho, gracias a la utilización y al conocimiento que tenían de las crecidas de los ríos o de los sistemas de regadío florecieron estas civilizaciones. De estas cuatro primeras civilizaciones urbanas, exceptuando la cultura china que posteriormente se extendió a Japón, ninguna otra ha perdurado en el tiempo y se consideran civilizaciones muertas (Morris, 2018).

Fuente: imagen propia realizada con Canva, https://www.canva.com/

Estas civilizaciones comparten las siguientes características que son las que le otorgan su consideración como civilizaciones urbanas:

  • Surgieron en zonas fluviales, junto a los valles fértiles de los ríos. Disponían de los conocimientos y técnicas para desarrollar infraestructuras hidráulicas avanzadas como canales de irrigación, represas, etc. que les permitieron aprovechar mejor el agua, tanto en periodos de sequía como de inundaciones.
  • Eran fundamentalmente sociedades agrícolas, aunque se daban también otras actividades económicas (minería, artesanía y comercio).
  • Se construyeron ciudades que constituirán importantes centros políticos, religiosos y económicos.
  • Se organizaban políticamente en Monarquías Teocráticas, a la cabeza de las cuales estaba el Rey que solía reunir en su persona atribuciones divinas.
  • Eran sociedades fuertemente jerarquizadas, con una fuerte estratificación en clases sociales.
  • Eran politeístas, con un culto muy marcado hacia las fuerzas de la naturaleza.
  • Desarrollaron la escritura como herramienta necesaria para gestionar la administración de las ciudades. 

Referencias

Morris, A. E. J. (2018). Historia de la forma urbana: desde sus orígenes hasta la revolución industrial. Barcelona: Gili. 

2.2 La civilización mesopotámica

En Mesopotamia, parece que existieron asentamientos neolíticos localizados en las mesetas altas y que, conforme fueron mejorando las técnicas de drenaje, consiguiendo secar las zonas aluviales y controlando mejor el riego, fueron ocupando los valles más fértiles.  Así, en torno a los años 3.500 y 3.000 a.C., se empezaron a asentar comunidades campesinas en los valles del Tigris y el Éufrates, surgiendo así las primeras civilizaciones urbanas en esta zona.

Fuente: Crates (CC BY 3.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ciudades_de_Sumeria.svg

De hecho, tuvieron que cumplirse dos condiciones para que produjese la revolución urbana. Por un lado, que existiese una parte de la sociedad que produjese excedentes de alimentos y otras materias primas que permitieron el surgimiento de otras actividades especializadas. Y, por otro lado, la articulación de un lenguaje escrito, que permitió administrar la sociedad y transmitir los conocimientos adquiridos. Por tanto, para que se produjese estas transformaciones se requería de unos avanzados conocimientos técnicos y una concentración de población, que nos permiten hablar de una sociedad urbana. No obstante, también fueron importantes otras condiciones como la existencia de una organización social compleja, la existencia de relaciones comerciales, etc.

El patrón típico de una ciudad sumeria constaba de un núcleo amurallado que se organizaba a partir de un palacio-templo y crecía de forma orgánica. Debido a la aridez del clima, las viviendas se adaptaban a las condiciones climáticas y se construían alrededor de un patio, protegiéndolas de la fuerte insolación y permitiendo las corrientes de aire. Eran edificaciones de baja altura.

Una ciudad típica de Sumeria constaba de tres partes: 

  • La ciudad misma: el área amurallada, el templo o los templos, el palacio y la residencia de los oficiales del rey, y el lugar donde se ubicaban las casas de los ciudadanos.
  • Los suburbios: una aglomeración de casas, granjas, ganado, campos y jardines, que abastece a la ciudad de alimentos y materias primas.
  • El puerto: el centro de la actividad comercial.

Como hemos comentado, el plano es reflejo de un crecimiento orgánico, con calles estrechas para favorecer la existencia de sombra y hacer frente al duro clima del desierto. Las calles también se orientaban adecuadamente para evitar la fuerte insolación y, con el objetivo de evitar los vientos cálidos del desierto, se construían calles laberínticas. Por tanto, es fácil encontrar callejones sin salida, lo que facilitó también la intimidad del hogar. Esto constituye una de las señas de identidad de la morfología urbana islámica, que veremos repetirse en las ciudades hispanomusulmanas.

Fuente: Jim Gordon (CC BY 2.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Citadel_(old_city)_of_Hewl%C3%AAr_(Erbil).jpg

Se han encontrado ciudades fuertemente amuralladas como fue Babilonia con una doble línea de murallas, cuyo plano se dispone conforme a una retícula y es atravesado por el río Éufrates. Fue una ciudad que pudo alcanzar los 500.000 habitantes y contenía grandes riquezas. En ella se encontraban los famosos jardines colgantes.  Estos jardines se disponían en terrazas de las que sobresalían, y por ello, daban la sensación de estar suspendidos en el aire. En esta ciudad también se encuentra el zigurat de Etemenanki, que pudo ser el inspirador de la historia de la Torre de Babel.

Fuente: Clker-Free-Vector-Images, Licencia Pixabay, https://pixabay.com/vectors/building-city-ancient-babylon-35768/

En Babilonia, también se hallaba la Puerta de Ishtar, que ahora se puede visitar en el Museo de Pérgamo de Berlín. Fue una de las ocho puertas monumentales de la muralla interior de la ciudad. Se encontraba decorada con cerámica vidriada de color azul y ornamentada con figuras de animales.  Fue levantada por Nabucodonosor II a comienzos del siglo VI a.C.

Fuente: Youngrobv (CC BY-NC 2.0), https://www.flickr.com/photos/youngrobv/2332153923/in/photostream

La civilización mesopotámica disponía de templos escalonados que reciben el nombre de Zigurats. Los zigurats disponían de una planta cuadrada o rectangular, escalonado en niveles que podían variar de tres a siete, y que culminaban en un templo en la terraza superior. Se utilizaba adobe y ladrillos como materiales de construcción. Entre otras, se han hallado zigurats en las ciudades de Ur, Uruk, Eridu, Nippur o Babilonia.

Fuente: wikiwikiyarou, Dominio Público, https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Ziggarat_of_Ur_001.jpg

Fuente: Tobias Verhaecht, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Verhaecht_babel-lille.jpg

También es característico de estas ciudades, la existencia de Tells, montículos artificiales que se han producido por la superposición de los restos de las viviendas que eran construidas en adobe y que, por tanto, tenían una escasa perdurabilidad. Cuando se volvía a construir una vivienda, demolían la existente y construían sobre sus ruinas. Así, generación tras generación, muchas ciudades han ido incrementando su altitud.

Fuente: Johan (CC BY 2.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aleppo,_citadel_2009_reflection.jpg

2.3 La civilización egipcia

La civilización egipcia surgió en el delta del Nilo en torno al tercer milenio a.C. Protegida por el desierto, no tuvo enemigos importantes, lo que le llevó a formar un vasto Imperio a lo largo de ambas orillas del río Nilo. Sus creencias religiosas, que otorgaban una gran importancia a la vida después de la muerte y que consideraban que el Faraón actuaba de intermediario frente a los Dioses, tuvo una clara influencia en el diseño de las ciudades. Para los egipcios, la vida en la tierra no era importante, y eso se refleja en la pobreza del caserío. Los materiales nobles eran utilizados para la construcción de los edificios relacionados con la religión (templos y edificios funerarios), por lo que apenas han quedado restos de ciudades, ya que las viviendas se construían en adobe, con una reducida vida útil. Además, con frecuencia los asentamientos no perduraban en el tiempo, porque tras la muerte del faraón, el nuevo faraón a veces fijaba su residencia en otro emplazamiento para la construcción de una nueva pirámide, movilizando con él a los trabajadores y constructores de las pirámides. Esto ha llevado a pensar que podría ser una civilización sin ciudades, porque apenas quedan restos de ellas.

Fuente: imagen propia

Casi todos los esfuerzos constructivos se orientaban a la construcción de los edificios religiosos, tanto templos como edificios funerarios. Entre los edificios funerarios, se encuentran tres tipologías: mastabas, hipogeos y pirámides. Se puede apreciar además que hubo una evolución y mejora técnica en la construcción de las pirámides. En un primer momento, fueron escalonadas y, posteriormente, fueron mejorando las técnicas constructivas hasta llegar a la estructura piramidal con sus forma triangular.

Fuente: imagen propia

Fuente: Kristina (CC BY 2.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bent_Pyramid_(I_love_Naples).jpg

Fuente: NadineDoerle, licencia Pixabay, https://pixabay.com/photos/sphinx-egypt-hieroglyphs-temple-1175828/

Se han encontrado restos de algunas ciudades que podrían haber sido planificadas como Tell El Amarna, Deir El Medina o Kahun o, por lo menos, que presentan planos donde aparece la retícula. No obstante, a este respecto pueden existir dudas sobre si hubo una intencionalidad en su planificación o simplemente, fue el resultado de una rápida parcelación ante la necesidad de la construcción de viviendas destinadas a los obreros que trabajarían en la construcción de las los edificios funerarios.

Por ejemplo, en la ciudad de Tel-el-Amarna, se puede apreciar la disposición lineal paralela al río Nilo y con un trazado del poblado obrero que muestra una retícula. No obstante, los templos y demás edificios se encuentran dispersos, por lo que no parecen ajustarse a un plan preconcebido. El caserío destinado a alojar a los trabajadores, consistía en un recinto cercado de planta cuadrada con la disposición de casas en hileras que presentaban distribuciones interiores similares. Se han encontrado diferentes objetos y riquezas, que lleva a afirmar que se trataban de viviendas de trabajadores remunerados, y no de esclavos.

Fuente: Paul Docherty (permiso de uso autorizado), http://www.amarna3d.com/project-overview/

Fuente: Émile Prisse d'Avennes, Dominio Público, https://www.rawpixel.com/image/421072/free-illustration-image-map-akhetaten-akhetaton

Fuente: Steve F-E-Cameron (CC BY 3.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sfec-luxor-2010-03-_043.jpg

Según Morris (2018), el sistema viario en retícula de Kahun es el resultado de una búsqueda de una estructura sencilla y de fácil de prolongar, que permite la construcción rápida del poblado para obreros. Las excavaciones han permitido concluir que existían obreros especializados, ya que se han encontrado diferentes pertenencias que permiten concluir que se trataba de obreros remunerados. 

Fuente: Flinders Petrie, Dominio Público, https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Ville-pyramide-sesostris2.jpg

Referencias

Morris, A. E. J. (2018). Historia de la forma urbana: desde sus orígenes hasta la revolución industrial. Barcelona: Gili. Disponible en https://ggili.com/media/catalog/product/9/7/9788425230899_inside.pdf

2.4 La civilización Harappa

Alrededor del año 3000 a.C., la llamada Civilización del Indo o Civilización Harappa, nombre de la ciudad que fue descubierta en primer lugar. A esta cultura a veces se le atribuye haber sido la primera civilización en planificar sus ciudades. Se han encontrado numerosos yacimientos arqueológicos, que permiten identificar núcleos que podrían ser considerados ciudades (Lothal, Mohenjo Daro o Harappa).

Fuente: imagen propia realizada con Canva https://www.canva.com/ 

En el plano se distingue una ciudadela que dominaba un área residencial más extensa. Las ciudadelas parecen haber contenido edificios de naturaleza religiosa, ceremonial y administrativa, pero no existen restos de ningún palacio. En algunos lugares el trazado de la ciudad es evidente, con huellas de una red regular de calles cruzadas. Los habitantes más pobres moraban en viviendas de ladrillo cocido de una sola habitación. Las casas individuales tenían baños y excusados que se vaciaban en un receptáculo de cerámica o directamente en el desagüe de las calles. En la ciudad de Mohenjo Daro, podemos encontrar una ciudad baja donde transcurría la mayor parte de la vida ciudadana y la ciudadela, ubicada al oeste de la ciudad baja, planificada, donde aparecían edificios que se relacionan con el gobierno de la ciudad.

Fuente: Dinesh Shukla (Permiso de uso autorizado), https://www.harappa.com/lothal/ancient-lothal

Como hemos comentado, dentro de la ciudadela no se destacaba un elemento que se identifique como palacio y, que represente por tanto una estructura de poder unitario. Esto hace suponer que probablemente no existiese ningún personaje que dominaba o que controlaba, lo que hace suponer que las estructuras de poder en las ciudades del Valle del Indo no eran monárquicas. Sí se han encontrado sino serie de edificios que tenían que ver con el control político, lo que permite conjeturar que sí disponían de una forma de organización administrativa compleja. Las ciudades presentaban las siguientes características:

  • Disponían de una planificación general.
  • Existía una jerarquía de calles, ya que se observa una diferencia de importancia entre las mismas, encontrando calles principales y secundarias que ordenaban las viviendas.
  • Las viviendas formaban un sistema cerrado, las casas convivían hacia un patio interior.
  • La relación de las viviendas con las calles era prácticamente nula, y protegía a las partes privadas del ruido de las calles.
  • Tenían un sistema tecnificado para la producción de materiales constructivos (por ejemplo, ladrillos) que se hacían con lo que le brindaba su entorno.
  • Contaban con una red de infraestructura: un sistema de red cloacal y canalización para la provisión de agua.

En las siguientes imágenes se puede apreciar una especie de sistema de alcantarillado en Lothal y una especie de retrete encontrado en Mohenjo Daro . Esto demuestra que otorgaban importancia a cuestiones de higiene en la ciudad.

Fuente: Emmanuel DYAN, (CC BY 2.0), https://bit.ly/2QocAgP

Fuente: Jonathan Mark Kenoyer (Permiso de uso autorizado), https://www.harappa.com/indus6/latrineHRarea47.html

Se considera que Monhejo Daro, en el sur de Pakistán, constituyó el corazón de la Civilización del Indo. Esta ciudad disponía de una red jerarquizada de calles. Construida en adobe, la ciudadela estaba fortificada y disponía de un sistema de distribución de aguas y canales de alcantarillado.

Fuente: Comrogues (CC BY 2.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mohenjo-daro-2010.jpg

También se han encontrado restos de otro tipo de espacios como baños, o graneros.

Fuente: Comrogues (CC BY 2.0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mohenjodaro_bath.jpg

No obstante, fue una civilización que no perduró mucho tiempo, ya que sus comienzos datan aproximadamente hacia el 2400 a. C. y se extinguió hacia el 1600 a. C.  La causa de su corta duración se debe probablemente a invasiones sufridas por otras civilizaciones o por algún tipo de cataclismo que llevaron a su desaparición.

2.5 La civilización china

Los restos arqueológicos atestiguan que en torno al río Amarillo, en las actuales provincias de Henang y Shandong, se desarrolló a finales del tercer milenio a.C. una civilización bastante avanzada, la dinastía Shang. Esta civilización ya presentaba rasgos propios de una civilización urbana: una agricultura sedentaria, la existencia de núcleos urbanos, el surgimiento de un sistema de escritura, una jerarquización social, una administración, etc. Era una sociedad bastante similar a la sociedad feudal. Se trataba de una sociedad muy jerarquizada con una clase militar muy importante. La población mayoritariamente era campesina. 

Fuente: Patrick Gray (CC BY-NC 2.0), https://www.flickr.com/photos/136041510@N05/29078796766

Probablemente la necesidad de afrontar la construcción de grandes obras hidráulicas, debido a la necesidad de controlar los cursos fluviales para favorecer el desarrollo de la agricultura motivó el surgimiento de una forma de organización primitiva del Estado. Otra infraestructura necesaria para la defensa del Imperio fue la Gran Muralla China. Esto llevaría a la necesidad de controlar a una abundante mano de obra, necesaria para la construcción de dichas infraestructuras, lo que también motivaría el surgimiento de una clase militar. 

Fuente: enriquelopezgarre, licencia Pixabay, https://pixabay.com/es/photos/paisaje-muralla-china-monta%C3%B1a-asia-4055549/

Los primitivos asentamientos de la dinastía Shang pueden considerarse que ya representaban el papel de ciudades. La primera capital conocida se situó en Anyang a partir del 1384 a.C. y posteriormente se trasladó a la ciudad de Cha'ang-an. 

Fuente: Never House (CC BY-NC-ND 2.0), https://bit.ly/3dyRx3P

Fuente: Peggy_Marco, licencia Pixabay, https://pixabay.com/es/photos/techo-china-dragon-ciudad-prohibida-1028255/

Los centros urbanos eran escasos y se encontraban separados entre sí. Parece ser que en sus dimensiones no fue una ciudad de gran tamaño, sino que se trataba de un recinto amurallado que contenía principalmente el Palacio Real y las residencias los miembros de la Corte. Todo hace indicar que se trataban de sociedades feudales, muy jerarquizadas, y preeminentemente rurales, con escasos núcleos urbanos significativos, los cuales se organizaban en torno a un palacio. A veces podían aparecer barrios de artesanos fuera de las murallas de la ciudad, pero por lo general se encontraban dentro de las murallas junto con las residencias de los criados al servicio del monarca.

Fuente: Joriz De Guzman (CC BY 2.0), https://www.flickr.com/photos/jorizdg/6104927212/in/photostream/

2.6 Lecturas recomendadas

El capítulo 1 de Morris aborda las primeras civilizaciones urbanas y está disponible en la página web de la editorial. 

Morris, A. E. J. (1984). Historia de la forma urbana: desde sus orígenes hasta la revolución industrial [versión castellana de Reinald Bernet; revisión bibliográfica por Xavier Güell Guix]. Barcelona: Gili. Capítulo 1. Recuperado de https://ggili.com/media/catalog/product/9/7/9788425230899_inside.pdf

De forma resumida, el libro de Fernando de Terán, recoge en el capítulo 5, expone las características de las primeras civilizaciones urbanas.

Terán, F. de (1982). El problema urbano. Barcelona: Salvat. Recuperado de http://oa.upm.es/10952/1/problemaurbano.pdf