TEMA 3. LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL, 1750-1870. UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN
Una de las cuestiones más debatidas en los últimos tiempos es por qué este proceso se dio en Europa y no en otros lugares, y qué es lo que pudo haber hecho que las sociedades del occidente europeo fueran las que dieran el salto hacia el desarrollo económico. Sin caer necesariamente en un eurocentrismo excesivo, la historiografía ha destacado aspectos culturales, geográficos, demográficos y la competencia entre estados pequeños, como algunos de los factores explicativos de las ventajas europeas. Sin embargo, al calor del desarrollo asiático, las discusiones han ido equilibrándose y nuevas investigaciones hablan de circunstancias y desarrollos de características similares en Europa y Asia en vísperas de la Revolución Industrial. Sólo entonces, y gracias al impulso de la industrialización, Europa occidental se desarrollaría más rápido y a niveles nunca alcanzados. Otro de las cuestiones clásicas en lo referente a la industrialización europea es por qué ocurrió esta en la Gran Bretaña y no en el continente. La historiografía ha hecho hincapié en múltiples aspectos para explicar las ventajas cualitativas (por ejemplo, un modelo institucional más favorable al desarrollo de la actividad económica) y como cuantitativas (por ejemplo, abundantes recursos naturales como el carbón mineral) de las que habría dispuesto ese país. Durante el siglo XIX, muchas regiones europeas, y extra-europeas como los Estados Unidos, siguieron a la Gran Bretaña en el camino de la industrialización y el crecimiento económico moderno. Sin embargo, los resultados variaron según países y algunos quedaron rezagados. El caso de España es uno de estos últimos.