1. La espirometría forzada es la prueba de referencia universal para la medición objetiva de la función pulmonar. Mide los volúmenes y flujos pulmonares generados en una maniobra de espiración máxima voluntaria y permite el análisis del volumen exhalado en relación al tiempo durante una maniobra de espiración a máximo esfuerzo.
2. La espirometría permite clasificar las enfermedades pulmonares en obstructivas, no obstructivas (restrictivas) y mixtas. El patrón obstructivo, que es típico del asma no controlado, se caracteriza por una disminución del FEV1 y del cociente FEV1/FVC (< 75-80% o menor del percentil 5 del predicho) permaneciendo normal la FVC. La curva flujo-volumen será convexa. El patrón restrictivo, se caracteriza por una disminución de FVC con FEV1/FVC normal o mayor del 80%. La morfología de la curva suele ser normal pero más pequeña que la teórica por la disminución de la capacidad vital (VC).
3. La prueba de broncodilatación debe constituir una exploración rutinaria en la primera visita de cualquier niño con patología respiratoria crónica o recurrente. Los parámetros espirométricos a valorar son el FEV1 (el más reproducible) y la FVC. Se considera una respuesta broncodilatadora anormal si el índice sobre el valor teórico es ≥ 9%, y positiva si el incremento es ≥ 12% del valor basal y/o de 200 ml en valores absolutos.
4. La pletismografía continúa siendo el patrón oro en el estudio de la función pulmonar. Mide volúmenes de gas, como el volumen residual (VR), la capacidad residual funcional y la capacidad pulmonar total (TLC). Además, cuantifica la resistencia total, la resistencia específica de la vía aérea (sRaw), la conductancia y la conductancia específica.
5. En patología obstructiva, se constata un aumento de la sRaw, de la FRC, del VR y de la TLC, con disminución del volumen corriente (VC). Sin embargo, en patologías restrictivas la TLC está disminuida. En las alteraciones mixtas puede existir poca alteración de la TLC y por tanto, es útil la medida de la difusión del monóxido de carbono (DLCO).
6. La medición de la difusión DLCO informa sobre la transferencia del gas entre el alveolo y la sangre de los capilares pulmonares. Está indicada en la evaluación y el seguimiento de enfermedades que afectan al parénquima pulmonar relacionadas con fármacos, quimioterapia y/o radioterapia, en la bronquiolitis obliterante, la fibrosis pulmonar, la hemorragia pulmonar y en la valoración de la afectación pulmonar en enfermedades sistémicas, entre otras.
7. El broncospasmo inducido por ejercicio (BIE) consiste en la obstrucción bronquial transitoria que se produce durante o después del ejercicio. Un descenso del FEV1 > 15-20% es diagnóstico y un descenso del 10% se considera anormal y por tanto sugestivo de BIE.
2. La espirometría permite clasificar las enfermedades pulmonares en obstructivas, no obstructivas (restrictivas) y mixtas. El patrón obstructivo, que es típico del asma no controlado, se caracteriza por una disminución del FEV1 y del cociente FEV1/FVC (< 75-80% o menor del percentil 5 del predicho) permaneciendo normal la FVC. La curva flujo-volumen será convexa. El patrón restrictivo, se caracteriza por una disminución de FVC con FEV1/FVC normal o mayor del 80%. La morfología de la curva suele ser normal pero más pequeña que la teórica por la disminución de la capacidad vital (VC).
3. La prueba de broncodilatación debe constituir una exploración rutinaria en la primera visita de cualquier niño con patología respiratoria crónica o recurrente. Los parámetros espirométricos a valorar son el FEV1 (el más reproducible) y la FVC. Se considera una respuesta broncodilatadora anormal si el índice sobre el valor teórico es ≥ 9%, y positiva si el incremento es ≥ 12% del valor basal y/o de 200 ml en valores absolutos.
4. La pletismografía continúa siendo el patrón oro en el estudio de la función pulmonar. Mide volúmenes de gas, como el volumen residual (VR), la capacidad residual funcional y la capacidad pulmonar total (TLC). Además, cuantifica la resistencia total, la resistencia específica de la vía aérea (sRaw), la conductancia y la conductancia específica.
5. En patología obstructiva, se constata un aumento de la sRaw, de la FRC, del VR y de la TLC, con disminución del volumen corriente (VC). Sin embargo, en patologías restrictivas la TLC está disminuida. En las alteraciones mixtas puede existir poca alteración de la TLC y por tanto, es útil la medida de la difusión del monóxido de carbono (DLCO).
6. La medición de la difusión DLCO informa sobre la transferencia del gas entre el alveolo y la sangre de los capilares pulmonares. Está indicada en la evaluación y el seguimiento de enfermedades que afectan al parénquima pulmonar relacionadas con fármacos, quimioterapia y/o radioterapia, en la bronquiolitis obliterante, la fibrosis pulmonar, la hemorragia pulmonar y en la valoración de la afectación pulmonar en enfermedades sistémicas, entre otras.
7. El broncospasmo inducido por ejercicio (BIE) consiste en la obstrucción bronquial transitoria que se produce durante o después del ejercicio. Un descenso del FEV1 > 15-20% es diagnóstico y un descenso del 10% se considera anormal y por tanto sugestivo de BIE.
Última modificación: martes, 5 de junio de 2012, 20:44