TEMA 8. EL MOVIMIENTO MODERNO Y LA CIUDAD FUNCIONAL

Gunea: UPV/EHUko OpenCourseWare (OCW) proiektua
Ikastaroa: La evolución del planeamiento urbano, [2021/11] [cas]
Liburua: TEMA 8. EL MOVIMIENTO MODERNO Y LA CIUDAD FUNCIONAL
Nork inprimatua: Gonbidatua
Data: osteguna, 2024(e)ko maiatzaren 2(e)an, 19:31(e)tan

Deskribapena

El movimiento moderno supuso una revolución en la ciudad en cuanto a su composición formal y funcional. Gracias a la introducción de nuevas técnicas constructivas y nuevos materiales, se produjo una transformación en la arquitectura de los edificios. Pero probablemente los cambios más significativos desde la perspectiva urbanística se produjeron como consecuencia de la zonificación y de la consideración de la vivienda como una máquina de habitar.

 

OBJETIVOS

  • Conocer la contribución de Frank Lloyd Wright y Le Corbusier como exponentes importantes de la ciudad funcional.
  • Identificar los postulados de la Carta de Atenas y comprender la influencia que tuvo en el urbanismo posterior.
  • Comprender los principios del urbanismo propio de la ciudad comunitaria y definir el concepto de unidad vecinal.

8.1 Frank Lloyd Wright: Broadacre City.


El arquitecto que propuso el modelo de Broadacre City fue Frank Lloyd Wright, el famoso arquitecto norteamericano nacido en 1867. Desarrolló esta idea en la cumbre de la carrera profesional y durante sus años de madurez. De hecho, gracias a su arquitectura fácilmente reconocible y a sus diversas publicaciones, Frank Lloyd Wright puede ser considerado uno de los arquitectos más importantes del siglo XX. Wright abrazó las nuevas técnicas en la arquitectura, explorando constantemente los límites en este campo. Su fascinación por lo nuevo y su deseo de ser un pionero ayudan a explicar parte de las propuestas de Wright.

Fuente: 12019, Licencia Pixabayhttps://pixabay.com/photos/fallingwater-pennsylvania-1626579/

La idea de la Broadacre City surgió en la época de los años 30, justo después del crack bursátil de 1929, momento en el que Wright se sintió decepcionado con la ciudad y su conceptualización. Opinaba que las ciudades estaban desaprovechadas. Con escasez de espacios abiertos y, especialmente saturadas, lo que llevaba a graves problemas de congestión de tráfico. Además, entendió que las fuerzas centralizadoras de las ciudades provocaban un exceso de densidad que minoraba la calidad de vida.

Fuente: Austin Jain-Conti (CC BY-NC-SA 2.0), https://www.flickr.com/photos/aaustinconti/14438550377/in/photostream/


En Broadacre City, cuyo modelo viene explicado en su obra The Disappearing City, Wright preveía un modelo más natural de ciudad, buscando espaciosidad, luminosidad, apertura, amplitud y fuerza. Creía que el éxito del individuo descansa en una mayor libertad de movimiento, sugiriendo esta posibilidad gracias al avance de las telecomunicaciones, las tecnologías, los medios de transporte y las autopistas. Era un modelo urbano basado en esa libertad por la que él apostaba en el resto de los ámbitos personales. Una ciudad dinámica que cambiaba y evolucionaba constantemente, en la que introducía ejemplos de su arquitectura y que exhibía un marcado halo de modernidad.

La ciudad tenía un espacio concreto, de unos seis mil kilómetros cuadrados, lo que resultaba a un acre por familia (media hectárea aproximadamente). Se trataría de una ciudad sin fronteras con muchos espacios abiertos y luminosidad. Dentro, albergaría a unas 1.400 familias, cada una con unos 5 miembros (es decir, cerca de 7.000 personas, en total), instaladas en pequeñas granjas, cerca de los servicios. Desarrolló el concepto usoniano de la vivienda y la arquitectura organicista.

Fuente: David Silverman (CC BY 2.0), https://www.flickr.com/photos/39978256@N05/14807151857

Referencias

Butragueño, B. (2009).  Broadacre City, 1932-1959 [post]. En La ciudad radical. Recuperado de http://ciudadradical.blogspot.com/2009/05/broadacre-city.html

Garnica, J. (2006). Broadacre City: Frank Lloyd Wright (1934-1935). DC. Revista de crítica arquitectónica, 15-16, 112-115. Recuperado de http://hdl.handle.net/2099/9420

Wright, F. Ll.  (1932). The disappearing city. New York: W. F. Payson. Recuperado de http://hdl.handle.net/2027/mdp.39015047936219

8.2 Movimiento moderno y funcionalismo: Le Corbusier.

El Movimiento Moderno se desarrolló en Europa durante los años veinte y treinta. Este movimiento, también conocido como funcionalismo o racionalismo, pretendía la revitalización de la sociedad actuando sobre la arquitectura y el diseño de las ciudades. Sus propuestas fueron puestas en común en los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, los famosos CIAM, que se celebraron por primera vez en La Sarraz (Suiza) en 1928 (Mumford, 2007). 

Con frecuencia, este movimiento exhibió un compromiso social con el diseño de barrios de vivienda obrera  en los que se cuidaban las condiciones higiénicas, la disposición de los edificios para disponer de amplios espacios libres y la composición formal basada en geometrías simples. Este movimiento se opuso fervientemente al historicismo y criticaba la ornamentación en la arquitectura.

Si buscamos los orígenes de este movimiento tenemos sin duda que hablar de la Bauhaus. La Bauhaus fue una escuela de arquitectura, diseño y arte fundada en la ciudad de Weimar (Alemania) en 1919. Posteriormente se ubicaría en Dessau, donde el diseño de la nueva escuela representó un hito en la historia de la Arquitectura. Esta escuela marcó un antes y un después en el mundo del diseño. Su primer director fue Walter Gropius, al que le sucedieron, primero, Hannes Meyer y, posteriormente, Mies van der Rohe.

El objetivo de la Escuela fue reformar la enseñanza de todos los estudios artísticos y democratizar el diseño. Su lema fue la forma sigue la función. De esta forma, la importancia ya no recaía en la estética o la decoración (como en el Barroco), la importancia recaía en la funcionalidad. De este enfoque funcionalista de la Bauhaus se va a nutrir el movimiento moderno. La Bauhaus congregó a un conjunto de profesores prestigiosos (Mies van der Rohe, Paul Klee y Vasili Kandinski, a Josef Albers, Marcel Breuer), para convertir la escuela en un espacio de creación y experimentación. Finalmente, debido a presiones políticas por parte del Gobierno Nazi, se vio obligada a cerrar (Hernández, 2004).

Uno de los factores que motivó el desarrollo del Movimiento Moderno y del Racionalismo en la arquitectura fue la imperiosa necesidad de reconstrucción de las ciudades tras la I Guerra Mundial. Se había producido un incremento de la población urbana, que junto con los estragos causados por la guerra, derivó en la existencia de una fuerte escasez de vivienda. Para dar solución al problema, se empezó a investigar en torno a la producción seriada de la vivienda y aquí el movimiento moderno investigó y trabajó en la racionalización de su construcción. Pero se buscaba huir de lo viejo y aportar un halo de modernidad apostando por la construcción en altura, la introducción de vegetación, la zonificación y el empleo de nuevos materiales, entre otros.

Le Corbusier, cuyo verdadero nombre era Charles-Eduard Jeanneret-Gris, es considerado el padre de la ciudad funcional. En la formación de este modelo de ciudad, hay que destacar el papel que jugaron los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) de los años 20 y 30 y de la publicación de la Carta de Atenas en 1943. Esta carta es un manifiesto urbanístico basado en las ideas de Le Corbusier en el que se apoya decididamente la planificación como instrumento necesario en el control y la ordenación del dinamismo de la ciudad.

Fuente: Joop van Bilsen, Anefo (CC0), https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Le_Corbusier_(1964)_Stedelijk_Museum_Sikkensprijzen_916-9288_(cropped).jpg

A partir de los postulados derivados de la Carta de Atenas (el modelo que mayor repercusión ha tenido hasta la actualidad es el de la ciudad funcional), fruto del pensamiento de Le Corbusier. El urbanismo que surge con ella plantea la oposición entre la ciudad tradicional (caracterizada por la mezcla e indiferenciación de usos urbanos), y la ciudad moderna, racional y funcional, que se rige por un principio fundamental, la zonificación, idea clave de la planificación urbana actual.

Frente a la mezcla de usos de la ciudad tradicional (con todos sus problemas de densificación e insalubridad provocados por la coexistencia de fábricas y viviendas), el urbanismo moderno plantea que hay que construir ciudades en que los diferentes usos, las diferentes funciones urbanas, estén separadas en espacios distintos. Surge así un modelo de ciudad basado en cuatro funciones básicas (trabajo, residencia, ocio y circulación) que segrega y especializa cada área urbana en una de esas funciones

También es interesante en el pensamiento de Le Corbusier el uso de estándares, mínimas cantidades de espacio habitado, espacio público o verde por habitante en el entorno urbano. Respetando esos estándares, el modelo propuesto por el autor propugna una ciudad de densidad baja debido a su gran extensión pero con una gran concentración de población en los edificios aislados y separados entre sí por una amplia superficie de espacio público abierto. La circulación rodada se separa de la peatonal y las comunicaciones entre las distintas zonas son aseguradas mediante la jerarquización del viario: vías rápidas de acceso, vías de circunvalación y vías de penetración.

En su libro Vers une architecture plantea algunos de los postulados del urbanismo funcional: la racionalizacion en la vivienda, la predominancia de la función sobre la forma o los trazados regulares. Le Corbusier se opusó a la ciudad tradicional y abogaba por la abolición de la calle corredor. Perseguía modernizar la ciudad a través de la arquitectura, y este deseo lo perfila primero en su Plan Voisin y posteriormente en la Cité Radieuse.


En el Plan Voisin (1922), o el Plan para el diseño de una Ciudad Contemporánea de 3 millones de habitantes, propone una zona central de altas torres de uso terciario, que se encuentran rodeadas de una doble retícula de viviendas en altura para los habitantes no obreros. a las zonas industriales). Los edificios más próximos al centro son bloques en altura en lo que se pueden denominar de estilo “redientes” muy parecidos a los que utilizará posteriormente en su propuesta de  “Ciudad Radiante”. La segunda retícula se asemeja más a un Ensanche tradiconal con manzana abierta, aunque con una disposión en bloques paralelos que se conectan dos a dos mediante pasajes-corredores. Las viviendas son de tipo duplex y de grandes dimensiones con terraza, lo que puede interpretarse como una traslación de la vivienda unifamiliar a bloques en altura. En 1925, propusó una modificación de este plan donde agrandaba la manza y construía la manzana en forma de L superpuestas en vertical, permitienedo incorporar espacios para usos deportivos. Las viviendas para los obreros se ubicaban en la periferia, dispuestas a modo de ciudades-jardín y con una localización más próximos a la fábricas. El viario lo divide en dos alturas: la superior para tráfico ligero y la inferior, a nivel de suelo, para tráfico pesado (López de Lucio, 2012).

En su propuesta de "Unité d ' habitation", Le Corbusier plasmó su idea de ciudad basada en un conjunto de grandes bloques aislados ubicados en medio de amplias zonas verdes. De este modo, se proporciona a sus residentes luz, espacio y verdor. La primera de estas edificaciones la construyó en Marsella entre 1947 y 1952, posteriormente construiría las unité d'habitation de Nantes-Rezé (1950-1955), Berlín (1956-1957), Briey (1959-1960) y Firminy-Vert (1965-1967). Le Corbusier concibía la Unité d´Habitation como una ciudad en vertical, en el que en un único edificio se aglutinen las funciones y usos que necesita una comunidad. Esto lo llego a plasmar en la Unité d'habitation de Marsella donde se incorporaban, además de las viviendas, otro tipo de servicios como guarderías, comercios, oficinas y equipamientos deportivos.

Fuente: imagen propia

En la siguiente fotografía de la Unité d'habitation de Berlin, se puede apreciar el estilo brutalista, que deja ver el hormigón de las estructuras y busca formas geométricas repetitivas.

Fuente: imagen propia

El interior de la vivienda también estaba sometida a una estricta distribución para alcanzar la máxima funcionalidad y había sido diseñado en base a profusas investigaciones tipológicas que pretendían dar respuesta a las necesidades de la sociedad moderna y que se sustentaban en el concepto de modulor.

Fuente: Shyamal, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Modulor_measurements.svg

Las ideas del movimiento moderno de arquitectura impulsaron innumerables proyectos en todo el mundo durante la segunda mitad del siglo XX. El diseño de Brasilia (Lucio Costa, 1957), nueva capital administrativa del país, responde a los ideales del funcionalismo y puede ser considerada como su modelo más completo y cerrado. Rodeada en uno de sus frentes por un gran lago, los diferentes usos del suelo aparecen perfectamente zonificados y la circulación rodada queda perfectamente separada de la peatonal.

 Fuente: mnpereira, https://pixabay.com/es/photos/plaza-brasilia-brasil-calle-1576683/, bajo licencia Pixabay


Sin embargo, la mayoría de las ciudades que aplicaron las ideas de la ciudad funcional en su planeamiento (sobre todo, en las décadas de los 60 y 70) hicieron un uso muy simplificado de las ideas de Le Corbusier. De este modo, el modelo quedó en la zonificación funcional y en la construcción de grandes conjuntos habitacionales sin respetar las necesidades de servicios, espacios libres y movilidad que los proyectos del autor planteaban.

Quizá el punto final del movimiento moderno se puede establecer en la demolición del barrio de los famosos bloques Pruitt-Igoe en St. Louis, Missouri, en el año 1972 (Bristol, 2004). Esta operación urbanística llevada a cabo en los años cincuenta, pretendió resolver los grandes problemas de vivienda a través de la construcción de 33 bloques de vivienda social. Ello no hizo sino empeorar los niveles de segregación y la zona se convirtió en un guetto, con un problema importante también de deterioro del espacio físico tan sólo dos décadas después, lo que llevó a las autoridades a demoler la zona.

Fuente: United States Geological Survey, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pruitt-igoeUSGS02.jpg

Fuente: U.S. Department of Housing and Urban Development, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pruitt-igoe_collapse-series.jpg

Referencias

Bristol, K. G. (2004). The Pruitt-Igoe myth. En K. L. Eggener (ed.), American Architectural History: A Contemporary Reader (pp. 352-364). New York: Routledge. Recuperado de https://bit.ly/2vkyl6C

Hernández Cebellín, B. (2004). Bauhaus, la escuela que unión arte y técnica. Técnica Industrial, 252, 68-74. Recuperado de https://www.tecnicaindustrial.es/wp-content/uploads/Numeros/11/44/a44.pdf

Martínez Suárez, A. (ed.) (2016). En Torno a la Modernidad: Reflexiones e Ilustraciones. Santo Domingo, Rep. Dom.: Universidad Iberoamericana UNIBE. Recuperado de https://issuu.com/teoriadelaarquitecturaunibe/docs/en_torno_a_la_modernidad.._644df3d085c238

Mumford, E. (2007). El discurso del CIAM sobre el urbanismo, 1928-1960. Revista Bitácora Urbano Territorial, 11(1),96-115. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/748/74811107.pdf

8.3 Clarence Perry: Unidad vecinal y ciudad comunitaria.

Clarence Perry, uno de los primeros urbanistas sociólogos, fue el primer urbanista que propuso el concepto de unidad vecinal. Trabajó para la Russell Sage Foundation de Nueva York desde 1913 a 1937 y participó en la formulación del Plan Regional de Nueva York, donde se incorporó la noción de unidad vecinal. Probablemente para la formulación de este concepto se inspiró en las teorías desarrolladas por el Charles Horton Cooley. Quizá la contribución de Perrry no sea tanto la definición de la unidad vecinal en sí, sino que fue el primero en plantear la necesidad de contar con la unidad intermedia entre la ciudad y la residencia para el planeamiento con el objetivo de reforzar el sentido de comunidad.

Según Perry, a la hora planificar una gran área metropolitana encontramos tres tipos de comunidades: la regional que incluye varias comunidades locales, las comunidades locales (municipios o pueblos) y las vecinales. La comunidad vecinal no tiene estructura política, pero frecuentemente presenta una unidad de coherencia mayor que la encontrada en la ciudad. Por ello, es de fundamental importancia para la sociedad potenciar este nivel de comunidad. Los principios que subyacen el esquema de unidad vecinal deben contemplar tanto como una unidad que forma parte de una entidad superior que es la ciudad como una entidad en sí mismo. Clarence Perry considera que existen algunas dotaciones o equipamientos que deberían de estar distribuidor a nivel de distrito o vecindario como sería la escuela elemental, pequeños parques y áreas de juego, tiendas locales y el entorno residencial.

Fuente: Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Clarence_Perry.JPG

La unidad vecinal consiste en un tipo de planificación y diseño que aborda la configuración de los principales componentes físicos de una comunidad. Esto incluye la tierra, usos del suelo, sistemas de transporte, espacios públicos y zonas verdes, cada uno de los cuales tiene un lugar concreto en una jerarquía organizativa dentro de un área definida. Constituye, por tanto, una propuesta de planificación urbana en el que se tienen en consideración cuestiones como el tamaño de la zona residencial, que debe proporcionar viviendas a todos los habitantes de la población y dotarlos de una escuela primaria elemental. En consecuencia, los principios que definen el diseño de la unidad funcional son (Perry, 2007):

  • su tamaño: el desarrollo de la unidad residencial, que debería proveer de vivienda a una población suficiente para requerir de una escuela elemental.
  • los limites o bordes de la unidad vecinal: la unidad vecinal debe estar separadas por calles arteriales lo suficientemente anchas para facilitar el tráfico externo
  • los espacios abiertos: formados por un sistema de pequeños parques y áreas recreativas planificadas para satisfacer las necesidades de los usuarios particulares
  • áreas institucionales: que serían los espacios destinados al colegio y a otras instituciones que ofrezcan servicios coincidentes con los límites de la unidad y que deberían estar agrupados en un punto central.
  • las áreas comerciales locales: que pueden ser uno o más distritos comerciales de forma adecuada a la población a la que sirven y que preferiblemente se deberían localizar en las intersecciones de las vías de tráfico.
  • el sistema de calle interiores: la unidad vecinal debería estar provista de un sistema vial de ser cuya capacidad debe ser proporcional a la carga de trafico potencial. Las calles estarán diseñadas para facilitar la circulación exterior y desanimar el uso del vehículo en el interior de las mismas.

Fuente: Clarence Perry, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Clarence_Perry%27s_Neighborhood_Unit,_1928.jpg

Este concepto se ha aplicado en ciudades ya desarrolladas que han necesitado de una reorganización. En algunos casos, por ejemplo, debido al rápido crecimiento que estaban sufriendo. Mediante su aplicación se puede llegar a cambiar algunos aspectos de la ciudad como los usos del suelo, promoviendo en muchos casos usos mixtos, un crecimiento orgánico de la población en la ciudad, o una modernización de algunos aspectos ya anticuados de la ciudad. Se ha implementado en ciudades como Londres o Medellín entre otras, para la reordenación de esas mismas ciudades. Así, el Plan de Londres de 1943 tomó la unidad vecinal como base para la reconstrucción de la ciudad.

En EEUU, el concepto de unidad vecinal se ha utilizado en la planificación de diferentes ciudades, como por ejemplo, Hidden Springs, Northwest Crossing y MacKenzie Towne. Todas estas ciudades siguen modelos diferentes, pero con la misma estructura definida por las unidades vecinales. Por ejemplo, MacKenzie Towne se conforma alrededor de cuatro unidades vecinales unidas por una calle comercial principal, que no permite vehículos. Cada unidad vecinal estaba cerca de una plaza pública y había una calle comercial central transitable. Se cuidó especialmente la relación entre el ámbito público y privado con el objetivo de fortalecer el sentido de comunidad. Para promover un paisaje urbano cuidado, se construyeron aceras arboladas y se fomentó espacios exclusivos para peatones, localizando los garajes en la parte trasera de las viviendas para dar seguridad al tránsito peatonal. Las casas unifamiliares siguen el mismo patrón, con los garajes que se encuentran en la parte trasera de la casa.

En la actualidad, la unidad vecinal sirve de concepto base para la planificación de nuevos barrios residenciales, en los que los equipamientos básicos funcionan de articuladores de la vida social. Aunque el uso predominante de esos barrios sea la función residencial, se promueven usos mixtos y buena provisión de equipamientos y dotaciones públicas. Se opone en cierta modo a las propuestas de la ciudad funcional, ya que esta promueve la división de usos, es decir, la zonificación extrema. Aunque, a veces, también se puede confundir, por ejemplo, con las propuestas de Le Corbusier en su Unité d'habitation, donde realmente promovía también ciertos equipamientos colectivos, aunque situados en un edificio vertical que funcionaba de forma autónoma.

Así, la unidad vecinal se utilizó en muchas ciudades comunistas, a veces, en estas ciudades también se proponían edificios residenciales como el Karl Marx Hof de Viena donde se mezclan estas dos ideas. También, la unidad vecinal se ha tenido en cuenta en cierto modo en la vivienda colectiva de los países socialistas. Un ejemplo muy significativo son los Microrayon. Lo que realmente destaca del concepto de unidad vecinal es la planificación de los barrios teniendo en consideración los equipamientos públicos y espacios colectivos que los residentes necesitarán. De esta forma, se puede construir un tejido social más fuerte.

Referencias

Lawhon L.L. (2014) Neighborhood Unit. En Michalos A.C. (eds.), Encyclopedia of Quality of Life and Well-Being Research. Dordrecht: Springer. https://doi.org/10.1007/978-94-007-0753-5_3335

Perry, C. (2007). The neighborhood unit. En M. Larice y E. Macdonald (Eds.). (2013), The urban design reader (pp. 54-65). New York: Routledge. Recuperado de https://bit.ly/2LG6UfI

Terán Troyano, F. de (1982). El problema urbano. Barcelona: Salvat. Recuperado de http://oa.upm.es/10952/1/problemaurbano.pdf

8.4 Lecturas recomendadas

En este breve artículo se presentan imágenes que permiten visualizar la propuesta de Broadacre City:

Garnica, J. (2006). Broadacre City: Frank Lloyd Wright (1934-1935). DC. Revista de crítica arquitectónica, 15-16, 112-115. Recuperado de http://hdl.handle.net/2099/9420

Para una mayor profundización, se recomienda acudir a la obra del autor:

Wright, F. Ll.  (1932). The disappearing city. New York: W. F. Payson. Recuperado de http://hdl.handle.net/2027/mdp.39015047936219

Una lectura que resumen las aportaciones de la CIAM es la siguiente:

Mumford, E. (2007). El discurso del CIAM sobre el urbanismo, 1928-1960. Revista Bitácora Urbano Territorial, 11(1),96-115. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/748/74811107.pdf

La historia del movimiento moderno viene recogido en el capítulo 4 (págs. 299-312) de este manual:

Sainz, J. (1997). Arquitectura y urbanismo del siglo XX. En J. A. Ramírez (dir.), Historia del arte4. Recuperado de http://oa.upm.es/38368/2/Sainz_arq_urb_opt_parte2.pdf


Para entender, las propuestas de Le Corbusier, tenéis disponible uno de sus libros donde se pueden ver muchos de los principios que luego asumirían la Carta de Atenas:

Le Corbusier (1929). Vers une architecture. Paris: G. Crès. Recuperado de http://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/cb36031360r

Se recomienda la lectura del capítulo 2.9 del siguiente libro:

López de Lucio, Ramón (1993). Ciudad y urbanismo a finales  del siglo XX.  Valencia: Universitat  de  Valencia. Recuperado de http://oa.upm.es/13414/1/CIUDADYURBANISMOFINALESS.XX.pdf

Se recomienda también la lectura del siguiente capítulo del libro de Ramón López de Lucio, donde se presentan diferentes propuestas de urbanismo funcional:

López de Lucio, Ramón (2012). Sttutgart, Le Sarraz, Frankfurt, Berlín, 1927-1970. Urbanismo y arquitectura del Movimiento Moderno: la ciudad de bloque abierto, el eclipse de la calle y el parcelario. En Ramón López de Lucio (2012), Vivienda colectiva, espacio público y ciudad: evolución y crisis en el diseño de tejidos residenciales, 1860-2010 (págs. 81-117). Buenos Aires: Nobuko. Recuperado de http://oa.upm.es/40092/1/VIVIENDA_COLECTIVA_ESPACIO_PUBLICO_CIUDAD_01_1-80.pdf

Si se quiere profundizar acerca del proyecto de Pruit Igoe, que supuso uno de los más estrepitosos fracasos del movimiento moderno, se aconseja la lectura del siguiente capítulo:

Bristol, Katharine G. (2004). The Ruitt-Igoe myth. En Keith L. Eggener (ed.). American Architectural History: A Contemporary Reader (pp. 352-364). New York: Routledge. Recuperado de https://bit.ly/2vkyl6C

Un resumen de la ciudad comunitaria viene recogido en el capítulo 21 del manual de Fernando de Terán:

Terán Troyano, F. de (1982). El problema urbano. Barcelona: Salvat. Recuperado de http://oa.upm.es/10952/1/problemaurbano.pdf

La explicación de las propuestas de Clarence Perry vienen recogidas en el manual The urban design reader:

Perry, C. (2007). The neighborhood unit. En M. Larice y E. Macdonald (Eds.). (2013), The urban design reader (pp. 54-65). New York: Routledge. Recuperado de https://bit.ly/2LG6UfI

En este post explican la consideración de la unidad vecinal en los Microrayon: http://www.urbanlivinglab.net/mikrorayon/