TEMA 5. LA CIUDAD RENACENTISTA Y BARROCA
5.1 La ciudad renacentista. El renacer de la Cultura Clásica
Hay que señalar que el urbanismo renacentista se difunde lentamente desde Italia hacia otros países europeos. El término Renacimiento significa volver a nacer y, precisamente, es el resurgir del interés por la cultura y el arte de la Grecia y la Roma clásicas. Dos serán los hechos que van a representar hitos de relevancia en el urbanismo renacentista y que contribuirán a la difusión de la cultura clásica: por una parte, la difusión de los escritos de Vitruvio, urbanista del periodo de la Roma Clásica, gracias a su publicación tras la invención de la imprenta y, por otra, la afluencia de eruditos y artistas griegos hacia Italia a causa de la toma de Constantinopla por los turcos en 1453.
Aunque dentro de la Historia del Arte se distinguen diferentes etapas (Primer Renacimiento, Renacimiento tardío, Barroco, Rococó o Neoclásico), nosotros vamos a abordar estas etapas como un continuo temporal donde sí que podremos destacar una diferencia fundamental: durante la época renacentista se desarrollará en gran medida el trabajo teórico con pocas plasmaciones prácticas en las ciudades, mientras que en la segunda etapa se irán introduciendo las ideas urbanísticas surgidas en el Renacimiento y se producirán cambios más significativos sobre las ciudades.
Frente a la informalidad de la ciudad medieval, el Renacimiento y el Barroco incorporan el equilibrio y la armonía en el diseño de la ciudad. No obstante, en un primer momento no se produjeron muchas ocasiones para realizar intervenciones integrales sobre las ciudades, debido a la falta de financiación o de interés de los gobernantes. Sí se produjeron algunas ampliaciones conforme a la estética de la época, basadas en la introducción de la línea recta, la retícula y las plazas regulares o geométricas. A veces, se podía actuar sobre la ciudad ya existente debido a necesidades de reconstrucción, pero las actuaciones no actuaban de forma global sobre todo la ciudad, sino sobre parte de las mismas, por lo que la trama urbana no se modificó en su mayor parte.
Fuente: Galleria Nazionale delle Marche, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Formerly_Piero_della_Francesca_-_Ideal_City_-_Galleria_Nazionale_delle_Marche_Urbino_2.jpg
Hubo escasas ocasiones en las que encontramos nuevas fundaciones de ciudades, y solían responder principalmente a estrategias militares, como fueron los casos de Palma Nova o Neuf Brisach, que cumplían una función defensiva y militar, protegiendo las fronteras y en las que el plano sí de forma integral a una estética renacentista. Pero estos casos fueron excepciones, en lugar de la norma.
Como hemos señalado, la primera etapa fue una etapa con pocas modificaciones en las ciudades. En esta etapa, aunque se produjo un incremento paulatino de la población, pero la mayor parte de las ciudades se encontraban constreñidas en su crecimiento por la existencia de murallas y no crecieron demasiado. Este incremento poblacional motivó la colmatación de los espacios interiores incrementándose la densidad o, de forma menos habitual, la ampliación de la ciudad. Cuando se ampliaba la ciudad, se dieron pocas oportunidades para llevar a cabo intervenciones que supusiesen un cambio significativo del trazado urbano, bien por falta de voluntad de las autoridades bien por falta de capacidad económica. Por tanto, la influencia del urbanismo del Renacimiento fue bastante limitado, y apenas afectó al trazado medieval.
En la época renacentista cinco van a ser los ámbitos en los cuales el urbanismo va a realizar aportaciones:
- En el desarrollo de nuevos sistemas de fortificaciones influenciados por los avances en la ingeniería militar.
- En la aparición de nuevos espacios públicos.
- En la reestructuración de las ciudades ya existentes principalmente para realizar actuaciones de embellecimiento y ampliación de calles.
- En la ampliación de las ciudades con la creación de nuevos barrios en los que se introduce la línea recta.
- En el trazado de un número reducido de ciudades nuevas, algunas de las cuales se basan en el concepto de ciudad ideal.
Referencias
Terán Troyano, F. de (1982). El problema urbano. Barcelona: Salvat. Recuperado de http://oa.upm.es/10952/1/problemaurbano.pdf